Por el jardín paseaba la Abadesa
leyendo una oración de su breviario
sus ojos eran de un azul turquesa,
su tez como el marfil de su rosario.
Así cruzaba la divina obsesa,
defendida de un mal imaginario,
por aquel corazón que su pureza
bordara en su bendito escapulario.
Junto a la hoja sagrada que leía,
tierna recordación, simbolizada
en una seca flor la entristecía.
Cesó su labio de moverse en rezo,
su pena se vertió cristalizada,
y en la cruz y en la flor puso su beso.
Abel Alarcon
- Autor: Poethas ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2012 a las 00:56
- Comentario del autor sobre el poema: Abel Alarcón (1881-1954) poeta, narrador y político boliviano. Autor de una fecunda producción literaria, desempeñó también una importante labor en la vida política de su nación, en la que llegó a convertirse en uno de sus intelectuales más destacados y representativos. Su vida transcurrió en su país y en el extranjero, producto de la inestabilidad institucional. Graduado en Derecho por la Universidad de La Paz en 1903, impartió clases de castellano y literatura en español en universidades e institutos de Bolivia, Chile (1920 a 1922, con motivo de la revolución) y Estados Unidos. Fue Senador, dirigió la Biblioteca y el Archivo nacionales. Fue secretario de la Academia Boliviana de la Lengua (sección castellano) y secretario general de la Universidad de la Paz, además de oficial mayor de instrucción pública. Publicó obras de todo tipo: novela, poesía, ensayo, artículos en la prensa, traducciones, etc. (Fuente: Wikipedia - http://www.ecured.cu)
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
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