FATIMA, LA VIRGEN

¡Cuanta gente este año en Fátima! Las carreteras, durante dos o tres semanas, fueran  una visión de Fe y esperanza, miles de pelegrinos, bajo lluvia, viento y en los últimos días, calor. Llegan con los pies  doloridos y muchos con heridas. Me siento avergonzada, nunca tuve coraje de ir a pie, aun más hoy, que  estuve con una amiga del tiempo del colegio, con su hija,  muy delgada, con un aire delicado,  comente que estaba morena y me creí que estuviera de vacaciones en algún sitio, donde pudiera tener playa.  Se lo  dije. Me contestó, “fui a Fátima a pie, lo hago todos los años”. Mirando su delicada figura me he sentido estúpida e inútil. Yo, alta, ni delgada ni gorda, nunca tuve fuerza de voluntad, para hacerlo y bien que lo tenia que haber hecho, pues no es solo pedir favores, o rezar en mi cama confortable, pidiendo ayuda, salud y casi milagros.  Yo no sirvo en realidad para nada, inútil e  sin fuerza de voluntad.

Ya estaba un poco incomoda, no he seguido las celebraciones de la procesión de velas  por la noche el doce y el trece, día de misa y de la grande concentración, con el emocionante adiós a la Virgen, me sentí fatal.

Yo que nunca fallo ano ninguno,  por razones varias, no estuve cerca de la televisión. Ahora a esperar por Setiembre,  pero estoy triste, Ella es preciosa, pasando por el medio de la multitud, tan pequeña y al mismo tiempo majestosa, parece que anda suspensa, con su  dulce expresión e al mismo tiempo triste. 

El hombre tiene que tener algo en que creer, yo he elegido a cosas, que en realidad, no entiendo, pero que algo, que  no podemos explicar   dan esperanza y  alivio en nuestros disgustos y  confianza en el mañana.

Tenemos que tener un horizonte, caminar hacia él, solo así conseguimos, disminuir, tanta  incertidumbre, que es el mundo y el ser humano.

No vi la Virgen, solo una mirada fugaz, pero la tengo en mi corazón, sé que Ella no nos abandonará.

Mayo, mes de flores, de tormentas  para que las nacientes broten agua e de María, que es Madre de Dios y nuestra.

Oporto, 14 de Mayo de 2012

Carminha Nieves