Me levanto a mirarte y me encuentro
colgado, ya muy tarde, en un papel
y me veo lejano en mis letras que no me reconocen,
que niegan cada despojo de mí.
Taciturna, la luna me sonríe, ya sabes como,
somnoliento deseo que me atraviesa en el pecho
esas tristes manos tuyas, mías,
que descompusimos en mis cuerpos.
Mañana quizá sea temprano para hacerse tarde,
un ombligo siempre ha sido un ombligo,
lo mismo que un mundo, lo mismo
y no quiero dejar ninguno.
Sonríe una vez más, que la calma no es eterna,
que la cama no es eterna,
que este palpitar de labios se confunde,
nos confunde...
Y el tácito devenir de los segundos
no presta compases ni silencios.
- Autor: Alejandro Ramírez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2012 a las 22:34
- Comentario del autor sobre el poema: Mi aunsencia a veces parece infinita, pero aquí estoy de nuevo deseoso de poder tener un poco de contacto con ustedes.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 295
- Usuarios favoritos de este poema: Rocío V-P.
Comentarios3
Bienvenido de vuelta... muy bellos versos!!
Saludos!
Rocio
Muchas gracias Rocío, un abrazo.
Hermoso tu poema mi querida Aleja, un abrazo de siempre.
Diferente .. joven, se nota de inmediato un estilo , me gusto mucho .. te seguire leyendo amigo , gracias por tu amistad . saludos de Aleja.
Gracias eso del estilo es algo que he venido descubriendo, creo que todos lo hacemos en cierto momento, espero verte y ya estaré yo de paso por tu rincón también.
Un abrazo.
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