Son tan heladas mis manos
y mi sangre tan helada,
ambas tan frías y blancas
que la alta montaña es rayo
de seco y desértico halo.
Carentes de la azul llama
que en el amor se divisa.
Inherentes a la vida
y a la cálida palabra
que se destila del alma.
- Autor: El poeta de lo indecible (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de mayo de 2012 a las 00:11
- Categoría: Triste
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: zarita, ORANGEOCEAN
Comentarios2
Siempre me he preguntado que tan desgarrador puede llegar a ser la poesía. Maravilloso.
Saludos.
Alejandro.
Uf me encantó esta tristeza I
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