No pienses, que puedes, no tengas la veleidad, de sentires que todo es como piensas. No, todo es falso, segundos el la eternidad del tiempo, que no consigues parar, sientes el mundo a tus pies, pero es el que te aplasta, que te amarra con hilos de hiero a tu destino, solo segundos tienes, para soñar y nada mas. Aprovéchalos, hazte tiempo y recógete dentro de ellos. No los pierdas nunca, en un segundo se vive una vida, en un segundo se pierde.
Déjate mecer, no duermas, pero sueña. Con suerte quizá tengas muchos segundos, en los descansos, de paz, sufres te sientes abandonada por la suerte, no te dejes derrotar, levanta tu ánimo y sueña un segundo más. Si los juntas son horas, días, años, es tu provenir cuando tu cabello sea blanco como la nieve y andes de espacio, por no teneres camino para andar. Guarda todo lo que has soñado y sentido en tu pecho, lo que te hizo feliz, mismo por segundos, es toda tu vida. Si te preguntaren, porque sonríes, no digas, que estas reviviendo, lo que guardas en tu corazón. Es solo tuyo. No mires tu figura al espejo, no veas, tus cañas, ni tus arrugas, mira tu interior y sonríe, pues fuiste feliz, amaste, te amaran, piensa que es el presente, acuérdate el corazón no envejece, puedes vivir solamente con lo que el piensa y siente. Es tuyo, es donde está todo lo que tanto te hizo y haz feliz.
Acuérdate, que por muy bella que sea una flor, se marchita, mismo así, la puedes guardar y hacer un ramito bello, yo lo hago, con las que me regalaran. Algunas tienen años y cada vez que las miro, vuelvo a vivir pedazos de mi vida hecha segundos de plenitud.
El color se marcha, el olor también, la belleza igual, pero los sueños y el desear nunca nos dejan.
En cada paso que das, en cada mirada, queda tu vida, no la desperdicies, siente el suelo bajo tus pies, mira con reflexión todo lo que tus ojos alcanzan. Sin te dares cuenta, estas viviendo y aprendiendo, algo.
Subiendo la avenida, hasta la parada de taxis, bajo un sol maravilloso, al llegar me senté en el banquillo esperando que llegara alguno. Me sentí pequeñita, insignificante, casi perdida y pensé, “en medio de tanto coche que pasaba, de personas que cruzaban la calle, yo era un nada”, una más, sin rumbo, sin saber se ir para casa, o al centro comercial, normal una solitaria, desconocida, sentada esperando un taxi. Tu yo y todos somos hormigas, en una floresta de hormigón, buscando ni sabemos el qué, quizá el tiempo perdido, o ya gasto.
Me acordé de manos pequeñitas en las mías, mientras en otras paradas, esperaba o por el autobús, oh otro transporte. Como ves estamos solos, pero inconscientemente acompañados por sensaciones de nuestra vida, es lo que nos queda. Nuestro pasado.
Oporto, 27 de Mayo de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de mayo de 2012 a las 06:49
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 68
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.