Amarilla flor que en tierra firme te admiré,
añorando un sol que te calentara,
tus petalos llorando por la brisa de la madrugada,
añoraban que el viento sus lagrimas secara.
Mis ojos que en ese momento te contemplaban,
humedos al ver tu hermosura,
hacían que por dentro mi corazón cantara una cancion de amor,
para que tu de mi te enamoraras.
Mis manos frías por el inclemente clima de la mañana,
tus amarillos petalos acariciaban,
y con gran calor, tu piel de flor y la mia se erizaban,
pues cada minuto que pasaba mas de ti me enamoraba.
Segui con mis caricias por tu cuerpo
y en aquel, espina de agudo filo encontré,
aquella que hizo que mis manos sangraran,
pues les advertia, que no se sobrepasaran.
Al ver mi sangre correr por mi mano,
senti que por acariciarte, no me importaba
que mis manos continuaran amando
a la pieza de amor, que mi corazón necesitaba.
Culminaba el día, y bajaba la tarde,
ya anocheciendo dormido entre tu belleza quedé,
soñando que tus amarillos petalos y mi rojo corazon combinaban,
formando el mas hermoso arcoiris, que de infinito a infinito atravesaban.
- Autor: Poderoso Mistiko (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de octubre de 2009 a las 19:13
- Comentario del autor sobre el poema: aquella inspiracion que nace de las mas hermosas flores que son las mujeres despues de las verdaderas flores, pues si me inspire viendo una flor amarilla en la relidad mientras contemplaba otra flor en mi mente, las dos se unieron y formaron estos versos, espero les guste.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 243
Comentarios1
que bella historia amigo! la flor amarilla que conquisto tus ojos. muy buena saludos
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