TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS.
Roberto Reyes Cortés.
PANORAMA.
---------------V.-----------------------
Como si nada valiera la pena.
como si todo estuviera acabado,
los templos quemados,
el cielo desmembrado.
Los espinazos enterrados
en el fondo de la arena.
Como si los caballos
ya no aspiraran el aire,
y los pájaros fueran
rayos tostados por el sol.
Como si el agua de las fuentes
se hubiera contaminado
y los ojos humanos
se negaran a dormir.
Así a veces, siento el corazón
partido por la angustia,
por la impiedad, por la violencia.
El hombre,
parido en el lucero del alba
camina por sendas
oscuras de barbarie.
Perdió el sendero,
dejó atrás el rumbo,
se ha vuelto fiera,
violenta,
sanguinaria.
Ayer dejó escondida
en el portal
de la penumbra,
en el vértice
del tiempo,
la blancura de su ser;
la semilla de su alma.
Su cabellera se vistió
de blanco y por dentro
su espíritu
se cubrió de frío.
Los puñales,
el olor a pólvora
quemada,
los gritos de migrantes,
el intenso dolor del
hombre moribundo,
Son el panorama que
dibuja el horizonte,
que enluta la mirada.
A golpe de tormentas,
en festín de cavernas,
corre la sangre, brota;
está brotando en las heridas
abiertas de la gente.
Qué camino debe ser buscado?,
que árbol debe ser plantado?,
que ecuación debe formularse
para conseguir volver al tiempo
de la calma, al templo de la paz,
al hogar perdido de la esperanza?.
Sólo el propio hombre
descubrirá el secreto,
sólo él encontrará el atajo.
En esa búsqueda hallará
su extinción o su propia
permanencia.
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- Autor: 5o.Reyes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2012 a las 00:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 109
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios1
En el panorama de la existencia se encuentra de todo, solo hay que vivir para sentir de verdad. Exquisitas letras. saludos.
Carlos
La vida, es como una escena, en donde a diario, miras cosas increibles, dolor, miseria, hambre. La tragedia enlutando los hogares, el hombre lobo del hombre. Parece que los humanos pretendemos destruirnos, ante los ojos abiertos, espantados de los niños. Mañana será otro día, ojalá que sea distinto.
Salud don Carlos
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