LA NIñA QUE TENIA

Carlos Roman Ramirez

Le gusta ver la tarde pintarse,

por el bosque filtrarse entre pinos,

al sol calladamente bajarse

de horizonte lejano encendido,

le gusta ver la noche crecer

moliendo luz como un molino.

 

Le gusta dejar huella al caminar

pa' quien la quiera encontrar

compañera de viento barlovento

en juvenil intento por volar.

 

Le gusta ser trigueña de ojos pardos

y tener un perro que ladra a la luna,

aprendió tarde a cantar porque tenía

que olvidar tristeza ninguna.

 

Tenía un tren de empeños

y muchos rieles para soñar,

tenía una madre que la quería

niña morena sin una pena

y para que se le diera rezaba

a su virgen también morena.

 

Le gusta mirar caminos

como llamando al destino,

tenía y tenía pero sólo tuvo

un sueño verde que la mantuvo......

 

Tenía cama mullida

y almohadas de algodón

para el hombre-sueño de alguna vez,

tenía fogón de piedra

de piedra y carbón

pa' cocinarle el corazón......

tenía y tenía pero sólo tuvo

un sueño verde que la mantuvo.

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