El libro de los árboles

Alebrije

El libro de los árboles

 

Los árboles ofrecen su forma

para el cuerpo de los libros;

en otoño, como una ofrenda,

se brindan y ofrecen sus hojas,

que dormidas en  los  libros,

sueñan  con el abecedario,

y volando dejan los árboles

para arrullarse en los libros,

que las acarician, besan  

y convierte en  palabras.

 

Los libros enseñan sus páginas

llevándote a viajar por el mundo,

sin ataduras, lastres, ni  fronteras;

te llevan ligero a recorrer 

el  universo de todos los  sueños;

te dan  las manos de la teoría,

para que formules  la  práctica;

volviéndote en unos  segundos,

 alquimista creador de sueños.

 

Los árboles sacrifican   su cuerpo,

de  exótica y prohibida  madera,

que el hombre convierte en naves

para navega y atrapar los   sueños:

-Colón descubriendo América -

alcanzando con olas de suspiros,

los horizontes donde atracará

como lejano recuerdo, el olvido.

 

Con la madera,  se construyen:

la casa, el retablo y los muebles;

ella da el calor del fuego eterno;

cuyas caricias entibian las noches,

y  días del sórdido y gélido invierno,

dando reposo y calor  al espíritu

del  fatigado y debilitado romero.

 

 

Rústica y sencilla 

es la madera usada,

donde con amor

y paciencia eterna,

mágicas manos,

darán  forma al retablo,

donde el poeta se inspira;

atrapa el sentimiento

 la pasión y las palabras;

que envueltas de sueños,

 recuerdos y suspiros,

se  volverán   versos

que formen su poesía;

que en mágica alfombra

tejida con hilos de palabras 

se irá con el viento,

para besar tu oído.

 

Con  rústica  madera,

clavos y  pegamento

 pacientemente se construye

como instrumentos de tortura

 la silla y el resignado pupitre;

donde cada día  el discente, 

inquieto, sediento y obligado

con profundo hastío rutinario;

escribe y busca  la idea,

que forme el conocimiento;

iluminación que al  llegar, 

le traiga el aprendizaje

para mitigar o aminorar,

su insaciable hambre

y sed de aprender.

 

 La madera protectora,

como  abnegada madre

cálida y suavemente

envuelve al  grafito;

esa  noble  corteza

que técnica y arte

convierten en lápiz,

de burda o fina punta,

que infatigable recorre

en días laborables,

paciente o confundido,

como rutinarios caminos,

los  grandes o pequeños

y a veces sin encontrar

a los perdidos renglones,

de la arrugada o flamante hoja,

llenándola de letras y borrones,

para que al final del curso,

como venganza pedagógica,

solo sea un cuaderno olvidado.

 

 Con madera se construyen,

 y se ofrecen  a diario,

la barra y el confesionario,

lugares donde  cada vida,   

se ahoga o se arranca

 las espinas de sus penas;

las  penas de los culpables

 o las culpas de los  inocentes;

el púlpito y sus misterios

con los que  el predicador,

en su sermón promete la salvación,

y lanza su red de finas mayas, 

para atrapar el alma de sus fieles,

que navegan  en mares  de dudas,

como peces asustados.

 

  • Autor: Alebrije (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de octubre de 2009 a las 12:55
  • Comentario del autor sobre el poema: El libro de los árboles es un poema que forma parte de El libro de Los Sueños del Alebrije y describe el conocimiento y descubrimiento de las ciencias y el mundo a partir de los árboles. Ellibro Los Sueños del Alebrije, fue editado por el Instituto Politécnico Nacional (México) en agosto 2009.
  • Categoría: Surrealista
  • Lecturas: 257
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