Cuanta tristeza llevo en el alma al irte padre mío, háblame por favor desde tu mundo lejano, que no sabes cuánto en verdad te necesito, añorando con lágrimas tu querida presencia que ya no puedo dormir en paz, recordando esos momentos de padre e hijo, que tanto disfrutábamos conversando, compartiendo pequeños detalles por demás de interesantes, solo Tú y Yo..., syglesias.
Momentos que no volverán
Quedan plasmados en los recuerdos
Momentos bellos que solo
Se viven una vez en la vida
Se captan, se aprecian
No existe discusión alguna
Se vive y se ratifican
Los momentos más bellos
VIOLETA
Cuanta tristeza llevo en el alma al irte padre mío, que aun recuerdo verme arrodillado a los pies de la cama llorando, diciéndote Padre mío no nos dejes, pero para ese entonces, ya no podías escuchar, esa penosa enfermedad te consumía, sin poder casi hablar y mirando a los seres que tanto amaste suspiraste por última vez, yaciendo en tu lecho de muerte permaneciendo como dormido, al cielo había partido el alma noble de un buen hombre, que dio siempre lo mejor por el bienestar y felicidad de todos, sin esperar nada más a cambio que un poco de amor…, syglesias.
esos momentos que te embargan de dolor cuando la negra muerte
se asoma a tu balcón
buscando un alma a quien con sigo llevar al mundo de obscuridad
tenerla cerca e impotente esperar a que un ser querido se logre llevar
pero es la ley de la vida polvo eres y en polvo te convertirás
sin embargo tan arraigados a este mundo material estamos
que nuestro cuerpo mundano no queremos abandonar
ese miedo a lo desconocido que no sabemos a donde nos llevara
nos hace de miedo temblar cuando la señora muerte se acerca ya
solo puedo creer que mi espíritu a Dios lo debo encomendar
pero que dolor si es un ser querido el que ella se va a llevar.
Cuanta tristeza llevo en el alma al irte padre mío, recordando cuantas cosas de niño con tu inmensa paciencia me enseñaste hacer, levantándome del suelo cuando caía, motivándome para que lo volviera a intentar, con ese amor que tiene un gran padre por su hijo, que ahora intento muchas de ellas inculcar a mi propio hijo, ablándole siempre de lo bueno y sabio que fue su abuelo a pesar de que ahora me pregunte a mí inocentemente, ¿ a dónde está su abuelito ?, nada mas difícil para responderle humedeciéndome los ojos, tu abuelito hijo mío y querido, está en el cielo..., syglesias.
momentos en que la sepultura se avista ya
donde el frio sepulcral nos congela por la eternidad
y un mundo yerto iremos a habitar
los cuerpos putrefactos se consumen
y la tierra los sepulta para su hedor ocultar
que misterios temerosos alli se hallaran
eso nadie puede testificar pues de ese lugar
jamas se ha podido regresar.
Cuanta tristeza llevo en el alma al irte padre mío, que ha remarcado mi destino al sufrir eterno añorando tu presencia, pues no me acostumbro a llegar a casa de mamá y no encontrarte haciendo las cosas que tanto amabas y siento el vacio que has dejado en mi vida, que serán imposibles de cubrir con solo recuerdos, por eso, que falta me haces mi viejo para que con beso en la frente, quites este dolor de ausencia que llevo dentro de mi corazón..., syglesias.
momento final donde el alma expira
y hacia el cielo se encamina
libre de cuerpo mortal
al universo infinito va
con su creador se quiere encontrar
para al fin descansar en paz
solo en su divina presencia
lo podrá lograr
Cuanta tristeza llevo en el alma al irte padre mío, que aunque digan que padres puedan ser muchos, Tú fuiste el mejor para con todos tus hijos y es por eso y mucho más, que vivirás por siempre en mis pensamientos al no lograrte nunca olvidar..., syglesias.
- Autores: syglesias (Seudónimo), Violeta ( Cnela. Hada Madrina), lunaplateada
- Se ve: Todos los versos
- Finalizado: 3 de julio de 2012 a las 01:30
- Límite: 15 estrofas
- Invitados: Libre (cualquier usuario puede participar)
- Categoría: Familia
- Lecturas: 126
- Usuarios favoritos de este poema: syglesias, Violeta
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