De que te sirve la culpa si tu pecado es la manzana que te devora.
De que pensar si le duele, si el corazón no ve y si ve no llora.
De que nos vale escapar de la quimera y el trueno.
De que te sirven los muros, si yo escalo cordilleras.
Ahora coge mi brazo y firmemos el acta.
Que esto quede guardado, entre vos y el tiempo.
De que te sirve el pecado, si pecado es la muerte.
Y vos reviviste con fuerza, el delirio en tu cuerpo.
Si te digo verdades, recordadme que existes.
Si te digo escóndete, mírame con el ceño fruncido.
De qué sirve el pecado si no existe el castigo.
De qué sirve la serpiente, si se ha muerto de miedo.
Si te digo has cambiado, será porque te conozco mucho más allá de la ropa.
Así que sé mejor ahora, la que un día estrelló su boca en la marea.
Sé el rincón que pierde su esquina, la palabra que vive sin tinta.
Pero nunca seamos moneda. De rostros cercanos que nunca se tocan.
Diego Trujillo
- Autor: Diego Trujillo ( Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2012 a las 11:14
- Comentario del autor sobre el poema: La fotografía la hice para un trabajo Universitario.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 83
Comentarios3
Buen trabajo, compañero.
Hábiles luces, bellos sus juegos.
Te saludo.
Bellísimo poema.
Saludos
Único, me ha gustado un montón a lo criollo, buen amigo, asi decimos en mi país.
Gran placer visitarte, feliz noche...
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