Silbido veloz, la fusta del tiempo barajando la espalda,
La ventana azafranada del horizonte desnudó armadura,
cabellera capeando el viento, espantando los fantasmas
que se hacen polvo en el rejoneo de acuciadas herraduras.
Meteoro con montura dejas tus mataduras en el hado;
a tu paso flamea el oleaje erial al ritmo de mi tremola capa;
tu negra vedeja espectral danza en mis ojos derrengados;
tus músculos vencen la pulseada a la distancia que derrapa.
Atravesando la luz que Capitula ante tus aceitunados ojos,
Se levantan los arboles despeinados a tu paso conquistador,
el canto lóbrego de la noche tirana, abre todos los cerrojos,
dejando escapar umbrías figuras acechantes de negro espesor.
Navega la tierra, corcel, abre los surcos, rompe las huellas,
giró tantas veces el reloj de arena mi corazón vehemente,
que exaspera la sangre camino al lecho de mi doncella,
Llévame hasta ella, cabalgadura nacida en fuerza de torrente.
- Autor: chrix ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2012 a las 19:31
- Categoría: Amor
- Lecturas: 128
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.