Locura

Hugo Emilio Ocanto

Hola... ¿ Isa ? ¿Cómo estás ?

Hugo...¿ No me reconocés?

Bien. Te llamo porque

quiero hablar con vós

un momento.

¿ Puedo visitarte dentro

de unos minutos ?

......................

( toca timbre )

Isa... Un beso.

Qué bien te veo.

Permiso. (silencio)

Tenía idea de venir

ayer, pero no pude.

En realidad, se me hizo

tarde. Este... ¿ Puedo fumar ?

Cierto. Te hace mal.

Lo he olvidado.

No me digás eso, Isa.

Hay muchas cosas

que recuerdo. Una

de ellas es lo mal

que estuve. Lo

reconozco. Vengo a

aclararlo. Sabés que

el error que cometí,

no fué con intención

de herirte.

Sí, sé que me porté

en una forma que

no te lo merecías.

Pero, son... cosas

que suceden.

No, claro que no es

normal. Pero lo hice

y vengo a... sabés 

que siempre he dicho

que perdón sólo  se

le pide a Dios,

pero esta vez te lo

pido a vós. Perdoname.

Sólo fué una aventura.

No, lo nuestro no fué

así. Te he amado

y sigo amándote.

No me digás eso.

No es cierto, ¿ verdad ?

Vós también me amás.

Reconozco que tenés razón.

Pero te pido me dés

la oportunidad de reinvidicarme.

Sabés que no... mejor dicho,

a misa no voy...

No, no iba. Pero en estos

días he estado yendo.

He pedido a tu...

a nuestro Dios que

me ayude a que

podás perdonarme.

Hace dos semanas

que no teníamos

comunicación. Te llamé

varias veces y no has

querido contestarme.

Perdoname. ( ella se aleja,

él se sienta )

Isa... no seás indiferente.

Todo sucedió tan rápido...

Escuchame, por favor...

tan rápido, que después

me di cuenta que había

metido la pata.

No tengo otro vocabulario.

Sabés que no sé expresarme

con palabras elegantes

o bien puestas.

Yo soy

así, como soy... Vós

me conocés desde hace

dos años... No podría

cambiar... Ella fué solo un

momento en mi vida.

( Hugo mira a su alrededor.

Observa sobre la cómoda

una botella de whisky )

No has tomado nada...

Podríamos festejar

nuestro reencuentro.

No me lo digás de esa

forma... Vine a hacer

las paces...

Por favor Isa...

no me tratés así...

Lo sé, tenés razón.

Pero no me grités,

te lo pido.

Está bien. Date el gusto.

Decime lo que quieras.

Me lo merezco. Lo sé.

( Saca su pañuelo.

Seca su frente. Transpira )

Tengo sed.

Ya que no me querés

convidar un whisky...

¿ me darías un vaso de agua ?

( Isa va en busca del agua,

y se la arroja en la cara )

¡ Isa ! ¿ Qué me hacés ?

Por favor Isa... Estás 

descontrolada...

( Isa le rasguña el rostro )

¿ Qué me has hecho, Isa ?

Clavaste tus uñas...

Mirá cómo me has manchado

la camisa con sangre...

( Se arrodilla ante Isa )

¡ Isa ! No me siento bien...

Creo que tengo

fiebre. Tené un poco

de piedad. Sí, sé que

estuve mal, por eso es que

te pido perdón...

Perdoname Isa... perdoname...

Me prometí no gritarte.

Eso no lo estoy haciendo,

pero no te aprovechés

de mi cordura.

¿ No vés que estoy enfermo ?

¿ Que no te importa ?

¿ Nada ? ¿ De mí, nada ?

Entonces...

¡ Es cierto ! Ya no me querés...

¿ Qué va a ser de mí ?

( Llora desconsoladamente )

Qué será de mí...

Perdón...

Perdón, Isa...

( Se incorpora )

Yo... no tengo a

nadie más que a vós...

No quiero tu lástima...

pero no me lastimés

así... con tu silencio.

Me siento enfermo.

Necesito que alguien me cuide.

¿ No me cuidarías a mí ?

¿ Por qué ?... Todo,

todo... fué... un error...

eso fué...

( Cae al piso. Su cuerpo

se contorsiona. Le tiemblan

las manos.)

¡ Isa ! ¡ Perdoname !

No quise hacerte daño...

No tenía conciencia

de lo que hacía...

Sólo fué un metejón

pasajero... no me lo

hagás pagar sin tu perdón...

porque si no...

¡ No ! A vós nada te haría...

Ya bastante daño te he hecho...

Estoy pensando...

pensando...

( Se levanta y se sostiene

en el respaldo de una silla )

Estoy pensando...

que el daño tengo

que hacérmelo a mí mismo...

¿ Me entendés Isa ?

A mí mismo...

Tengo que irme, Isa...

Decile al encargado

que haga arreglar ese ascensor...

Subir cuatro pisos,

me cansa... me cansé bastante...

Entonces, me voy...

Adiós Isa. Nunca te olvidaré.

Si algo... no, nada...

no digo nada más.

Vós fuiste mi esperanza...

Ahora... ya nada me queda...

¿ Puedo darte un beso

de despedida ? ¿ No ?

Tampoco querés darme

un beso... el beso

del adiós...

Adiós Isa... Adiós mi amor...

( Se dirige hasta

la puerta casi

arrastrando sus pies.

Vencido y llorando.

Cierra la puerta

despaciosamente.

Después, se oye un grito.

Su cuerpo cae al vacío.

Entonces Isa...:)

¡ Hugo ! 

 

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto- 29/06/2012 )

 

 

 

 

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Comentarios +

Comentarios6

  • Nicolas Ferreira Lamaita

    Un verdadero drama, que deja una incognita. Solo el autor lo sabe.
    Un abrazo.

    • Hugo Emilio Ocanto

      El autor responde Nicolás, que al sentir un amor tan grande y al ser consciente de haber pecado con una infidelidad que se creía iba a ser perdonada, se encuentra con que la realidad no es como la había supuestamente imaginado. Aparte, está muy enfermo, y al sentirse solo, determina, cobardemente, quitarse la vida. Por supuesto, todo esto es ficción. Nacida del alma de intérprete. Espero tu incógnita haya sido develada. Un abrazo por leerlo y comentar, amigo montevideano. (Hugo)

    • Maria Hodunok.

      MUY BUENO Y DRAMATICO HUGO, ESTE MONOLOGO UN POCO FUERTE TE HA SALIDO FABULOSO. CARIÑOTOS AMIGO.

      • Hugo Emilio Ocanto

        Amiga-mamá-abuela: Gracias. Cariños inmensos María. (Hugo)

      • NM de la Rosa

        Un melodrama muy bien realizado mi querido Hugo de locura y cobardía. Un placer leerte amigo!!!

        Abrazos

        • Hugo Emilio Ocanto

          Vós lo has dicho NM. No tuvo la valentía de vivir, por su cobardía. Un placer hayas leído y comentado. Un abrazo. (Hugo)

        • Víctor Sorchaga

          Hermoso hermoso, yo no se señor Hugo como es que escribe estos diálogos que demuestran en cada palabra el sentimiento que tienen dentro. Me encantan sus poemas, que bello escribe.
          Le mando como siempre un cordialísimo saludo.
          Víctor Romero

          • Hugo Emilio Ocanto

            Gracias Vick. Bello comentario has hecho. Me halagas. Un abrazo.

          • Poemas de Pepita Fernández

            Es duro el final pero se aprecia el texto entero porque vas enganchándote en la desesperación del personaje
            un abrazo, poeta!!!

          • El Hombre de la Rosa

            Un bello y extenso monologo, dramatico, ensalzado con la frondosa pluma del amigo Hugo que es un genio de las letras.
            Saludos

            • Hugo Emilio Ocanto

              Tengo el honor de recibir éste, tu comentario Críspulo. Muchas gracias.Saludos: Hugo



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