Buenos días Dante…
Buenos días mi joven poeta…
Sabes mi querido compañero incubus de los ángeles de mi depresión, me gustaría saber de tu amada, contarte de la mía, aprender de tu alma y tú aprendas de la mía, a través de nuestras musas y sus sonrisas…
Me parece buena idea compañero, hablare de mi andante rojiza con gusto para usted, que mejor modo que mantenerla viva en mi pecho que entonando su recuerdo…
Pues veamos que sale mi estimado Dante,
Veamos que sale…
Querido compañero,
Tú que me ayudas con la cruz que han creado mis demonios,
Tú que sabes lo que pienso al instante y me hablas desde adentro,
Es a ti a quien hoy de mi hermosa diosa vengo a hablarle…
Pues habla de ella poeta adolorido, fragua la imagen de su esencia con tus letras y yo después hare lo mismo…
Muéstrame el reflejo de ese ser que tanto amas, plásmalo en este espejo de papel y sonetos…
Por donde puedo empezar compañero,
No hay verso en el universo poético que describa siquiera uno de sus cabellos…
Su rostro es blanco y perfecto, es como un cisne que nada bajo el claro del menguar de la luna….
Su voz tan delgada y exquisita, desgarra los vientos, inmuta al tiempo…
Es infinita, la más altiva de mis rosas, la más roja, del perfume más abstracto es poseedora….
Es como una ducha al pie de una catarata o el viajar entre alguna estela azul por la vía láctea…
Como pintar con las manos un bosque entero, o darle la vida algún difunto ciervo…
Es como un milagro del cielo, es como un ángel caído luchando por ser humano y superar todo lo in imaginado…
Es un simple palpitar es un murmullo al caminar, es una diosa, eso y mucho mas…
No me alcanzan las palabras para describirla, y lo digo sin zozobra…
Pero cuéntame de tu amada, como es ella, que tanto se amaban, como fue que la secuestraron las estrellas…
Ella era mi todo querido colega, era un manantial de color zafiro, y en ella despuntaban los rayos del atardecer con sus andantes colores rojizos…
Era el calor de mi café cada mañana, la danza del humo en mi pipa o en la chimenea al caer el ocaso…
Mi vida entera, cada sonoro latido, cada espacio inactivo…
Era como un lienzo infinito donde se plasmaban todas las obras de arte que imaginase mi alma…
Ella era todo, y el tiempo sello su aliento, la envolvió en sueño…
Se la llevo a vivir lo eterno,
Pero ya no sufro, ahora gozo con la idea de reivindicarme, de encontrarla al otro lado de mi entierro…
Es ella la razón de no temerle a la muerte, ni a la vida, mucho menos a las ironías del espacio y el tiempo…
Era…
No, aun es la más grandiosa de mis sonrisas, el despertar de mi alma cada día,
La música que retumba en los ecos del cielo…
Las pequeñas manchas en el claro de una luna llena...
Ella es, pero cuéntame más de tu frágil ángel con alas escarlatas…
Que mi andante rojiza, su ultimo canto ya efectuó,
Y yo esperare a cantar a su lado…
Increíble mi estimado y suicida amante, el amor entre ustedes se ve entre cada una de tus vocales…
Y no alcanzo a comprender que tan grande pudo y puede llegar a ser…
Pero lo mas impresionante mi querido Dante…
Es la similitud de la intensidad con la que arde en nuestros pechos el simple recuerdo de nuestros ángeles y sus cantares…
Esa magia que solo ellas ejercen,
Como solo la primavera los campos enverdecen…
Como el arrullo de las olas a los peces envuelve…
Como el erizado del viento que a mi piel estremece…
Justo así compañero, así de grande son esas damas…
Mas grande que nada, ni el tiempo o su franja en el espacio…
Ellas son más grandes que nuestro amor infinito que incinera los centros…
Si, son más grandes que los cielos, más grandes que un millar de universos…
Son ellas las que nos dan este segmento interactivo mi colega…
Solo ellas podrían romper las barreras de mi cerebro…
Solo ellas podrían hacer que nuestros pechos ardan al mismo tiempo y que por una distancia casi nula, entre mis neuronas pueda estrechar tu mano y darte un abrazo…
Solo ellas son capaces de esto, si son más grandes que las barreras de una mente desfragmentada, no imagino que no esté al alcance de su mano…
Nada mi querido Dante, solo con uno de sus dedos, con un rose, y el mundo cae ante sus bellas ordenes…
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2012 a las 15:51
- Comentario del autor sobre el poema: un poema con mi querido colega y alter-ego Dante... Hector fuera...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
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