Tu diciendo mí nombre
saboreando mí nombre en tus labios,
yo, tocando tu piel húmeda
tus manos, acariciando
la cima de mis montañas,
montañas verdes floreciendo
detrás de tu mirada,
mi cuerpo llameando gimiendo,
tú vertical sobre la cama
llamando esperando,
diciendo mi nombre,
yo sucumbiendo ante tus deseos,
pidiendo, aclamando,
mis manos en tus valles,
tu boca en mis montañas,
me tomas y te siento cálido
ante nuestra desnudez
y yo, mi poeta digo tu nombre
y tu nombre suena como cascabeles
voraces que trae el viento
en un éxtasis entre la realidad y el deseo
entre el calor y la humedad
suena tu nombre y mi nombre…
Con una sonrisa llamando los cuerpos,
tu nombre y el mío suenan
y otra vez caemos ante el deseo
ante tu cuerpo cáliz de fuego
que hace palpitar mi cuerpo,
mi poeta que no es mío,
mi poeta que es un sueño.
martina
- Autor: martina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2012 a las 19:06
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 609
- Usuarios favoritos de este poema: Pulgarcita
Comentarios3
Bello poema apasionado que lebanta todo lo caido.
Abrazos.
Siguiendo tus pasos voy
aunque no sea creyente;
tu iglesia es el referente
por lo que sintiendo estoy
Ego sum*
Seré creyente por lo que sintiendo estoy dices, mientras mi piel añora esa tarde en que escribí el poema,
Gracias por visitarme.
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