EL ETERNO GLADIADOR de CARLOS A. BADARACCO

CARLOS ALBERTO BADARACCO

 

Ah, la espléndida luz del firmamento choca

con la ladera sur del Aconcagua,

su nieve perdura eterna y vislumbra

el pasaje del cielo azul al infierno púrpura.

El espacio se muestra con nubes

casi teñidas de rojo sangre.

Sin embargo desde el horizonte los dioses lideran

con un soplo de viento gótico frío que congela.

Se levantan ventarrones con tormentas

que hielan el averno atroz que devasta.

Allá está el eterno gladiador

con su espada presta  en señal de guardia.

Caen los deshielos en riachuelos de heladas aguas

y sus rocas están cubiertas por algas rojas de las nieves

La luz intensa provoca aguda fascinación

y se lanza presurosa en un suspiro de sutil ensoñación

Es la misma vida que nos entrega complaciente

la naturaleza plena del eterno soñador.

 

CARLOS A. BADARACCO

6/7/12

(DERECHOS RESERVADOS)

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