En un instante.

Que el sonido rebuscado de tu mirada te lo diga, estoy cansado de tanto sobre dosis de dolor.
Buscare una mejor paz, una que no me llene de tanto dolor con recuerdos estúpidos, una que no se llame paz.
Porque el sonido de tus dedos aruñando mi espalda ya no me hacen feliz, no ya no.
En el pecado conseguí mi fe, en una lágrima la respuesta a algo que nunca pienso dar significado, reencarnación de la luz en una mirada, eternidad que vive en dos manos, salvación que depende de un hilo, maldita melancolía a la cual no dejo ir.
Que la sensatez de la cara, un juego al azar que concentra su mejor acto en el lado de una cara de su amante, aprendí a destruir ilusiones ajenas, y aun así prefiero destruir las propias.
Sentimientos tengo, pero no daré nombre a ninguno, ni especificación de su función que ellos hagan de la suya a su gusto, a mi que me dejen morir en sus besos y hacer latir tan fuerte a su corazón.
Es algo imaginario, me he enamorado y odio algo que no logro ver, probablemente no sepa que sera nunca pero se hace presente en mi, una lágrima que roza mis labios en un instante de vida.
Lo mas existente en el tiempo es la eternidad, como en la vida la muerte, y en una rosa roja la semilla del amor. 
Entre lineas pintaria cada pensamiento pero no me alcanzaría una eternidad para ello, ni un mundo tan pequeño, insatisfecho de la rebelión del viento, no me eleva a lo mas alto de su trono.
Ver como todo acaba, e inmediatamente recordar como todo empezó, siempre faltara mas eternidad para este tiempo, como sueños a esta realidad.