¿ERES TU?

El día fue inmenso, una gran amalgama de cosas me contuvieron, el frío, la paz, la sinceridad. Tal Vez y solo tal vez si habría sabido que embarcarías todo mi ser, no te lo habría permitido. Si lo sé, pero... Eres tú? 
La noche es roja, el viento fresco y el cielo inmerso en la oscuridad de una lúgubre tristeza. Es por esto que desespero al no ver el recóndito firmamento lleno de estrellas tiritantes, esas que me recuerdan que existes y que me recuerda que eras mi infinito... Si tú... Eres tú? 
Dichoso te creí mi musa, idea más profusa, mi niñez me abandonó así como también esta idea ilusa. Los verbos son el meollo de mi sinceridad, te diré que te añoré como el ciego a ver, como el mudo a hablar, te vi y te hablé, pero no te reconocí... Eres tú? 
Y pensar que soñaba en rodear tu cintura y atraerte hacía mí, para sentir tu calor amante, darte un beso, en tus dulces labios, y susurrarte cuanto te amo, acariciarte el cabello y asirte con todo mi ser, por desear no despertar de éste grandioso sueño. Fue sereno, falaz y bello, pero si realmente pasó, sólo lo sabrán tus fúlgidos labios carmesí, tu aliento, mi frenesí, tu dulce cuerpo y tu odorífera cabellera... Eres tú? 
El silencio fue procaz, siempre incidioso de enseñorearse de mí. Me reí en silencio recordando tu torpeza, pero lloré de nuevo recordando tu belleza. Pero las lágrimas subliminales jamás fueron reales, porque aunque te quizé, creo que nunca te amé. Así el silencio me cobijó mientras tú te alejabas, fue lo mejor y sé que lo mismo pensabas. Fuiste ilusión pasajera triste, confunsa y bella, nos quizimos lo sé, pero también nos terminamos sin saber por qué, nos ilusionamos el uno del otro, sabiendo que tenía un fin... Eres tú? 
Aunque quisieras que diga tu nombre, nunca lo haré pues nunca te quise y nunca te querré. Ya eres fin de mi inspiración profana y ya no eres más mi musa, pues no escribí pensando en ti... No, ya no Eres tú?