Sangre oxidada...]
En realidad no sé con quién hablo,
con quien convivo, con quien siento,
con quien aferro golondrinas al olvido,
con quien resisto el silencio a perecer en cenizas de un sueño…
No sé a quién le escribo, no lo sé…
D
e
V P L P C s
e a e u a d
r l t n e e
s a r t n
o b a o e
s r s s l
a
s Uni
ver
so
-tan febril la boca-
tan oxigenadas las nubes-
t a n i r r e m e d i a b l e m e n t e extensa las calles
ad-juntas al inhóspito encuentro
de
pies
descalzos
en soledad,
y le grita! Y la piensa, la sueña
olvida, sé olvida, y la recuerda.
-estamos sujetos a la antítesis-
y
parecemos sujetos
conversando
en la extrañeza
de reconocer
nuestra boca
al vinagre
y al vino
de la sangre
desnuda
por el número febril de nuestro pulso.
¡Lo estamos! estamos
aferrados
al dolor
como composición de nuestros dedos
remanso de nuestra sed-
Saciamos nuestras lenguas
como péndulos de la savia
a la saliva de la naturaleza húmeda,
-n o s re-e n c o n t r a m o s; n o s re-i n v e n t a m o s-
estamos sujetos al amor, al dolor, al olvido…
los recuerdos, polvo y cenizas-
humedeciste el rostro con las calles ácidas de lágrimas
y… yo; ahogue el músculo metálico,
en la oxidada pincelada de la hoguera
quemando la garganta
a expresiones sordas,
dejando oídos visuales
corromper ecos
en manos alzadas al cielo
atadas al silencio
-sobrevolando la muerte-
y otra vez se deja la reiteración de la muerte
otra
vez
perecen
los sueños,
el asiento vacío de nuestros besos,
la columna torcida
en la vértebra
fundida en nuestro cuello,
otra vez se confunden palabras,
tus manos en mi garganta
mi boca
en el espacio
consonante
a la humedad de tus sienes,
y remuerdo la lluvia sobrecogida en tus mejillas,
atando mis pies a heridas del asfalto,
no resisto verte agonizar en una palabra,
no resisto, AUSENCIA, no resisto Soledad
no resisto TRISTEZA, no resisto
clamar el grito interno
a la comunidad de tu pecho,
no resisto! Ver como ahogas
tus ojos en el pavimento
torturando al viento
anestesiando
el aliento
ver y morir en silencio…
¡NO RESISTO!
y los dos dejamos las manos volar
y tallar sangre en el horizonte
dibujando el ocaso
abotonarse
en la válvula consonante
con devolver la luz al sol
agonizante en nuestros cabellos
y el flujo del mar, y la brisa,
escribe palabras detenidas en el tiempo,
escribe nuestra voz en espirales,
dando vida a la muerte y muerte a la vida,
escribe cada uno de nuestros gestos
en la sapiencia de un espacio ilógico
retardado en nuestros pies
atados en zapatos de asfalto,
negando nuestras huellas
negando nuestro encuentro
negando nuestra creación
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s
y g o l o n d r i n a s.
- Autor: Joel Parra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2012 a las 03:01
- Comentario del autor sobre el poema: Surrealismo de espacios vacíos, sentirse vacío, y lleno cuando más se olvida que existe el tiempo, y el tiempo olvida que hemos existido y hemos reparado el reloj de nuestro aliento... Más la muerte nos repara el silencio...
- Categoría: Triste
- Lecturas: 67
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