Colmados de buenos augurios y felicidad tiene Rafael los ojos, porque le muestra Irene los suyos hermosos.
Palabras de aliento han sido las causas de esa justa felicidad de alegría y gozo, que muestran sus brillantes ojos.
El cielo me bendice a eterno sonoros, el mal lo aborrezco y al bien yo lo adoro.
Bien tú me dices, lo lindo y glorioso, las penas de ayer se pierden se olvidan, las alegrías de hoy...están presente.
Y a mi, necio que deje mis años mozo, sin conocer los valles, ríos, montañas y parajes hermosos.
El cielo me condene por tal estupidez de perder la naturaleza que dios puse a mis pies.
Pero hoy ya no quiero, ni perder de amar, ni la naturaleza, ni la cordillera y el mar, para encontrar ese amor que me dé pasión y felicidad.
El cielo me dará la claridad, el sol la sabiduría, la luna el entendimiento y la noche razonar, para empezar amar.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz
- Autor: Nano_Véliz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2009 a las 10:08
- Categoría: Amor
- Lecturas: 210
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