Rodó el caimito en el verde pastizal.
Rodó cuesta abajo, sin parar.
Hasta la ribera del río, alcanzó a llegar.
Herido por las piedras,
Cubierto por el frío.
De piel morada.
De piel raspada.
Con su pulpa sangrante.
Con su pulpa violada.
Sin alzar la mirada.
Sentado en la ribera del río.
Miro lo que he rodado.
Miro lo que he sangrado.
Desde aquel mi último suspiro.
De amor vivido.
De amor sufrido.
Abandonado a las corrientes de la vida.
Trato de levantar mi autoestima.
- Autor: Mirazu (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de julio de 2012 a las 22:52
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 113
Comentarios1
Excelente...
Saludos fraternos.
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