Un poco cansada y con ganas de levantarme un poco mas tarde, mi amigo, con su perseverancia, sin obligarme, me hizo levantar y coger camino hasta Fátima. Es un poco lejos, dos horas y media de viaje, pero fuimos, lo había prometido ya hacia algún tiempo y las promesas son para cumplir. Aun que lo que pedí aun no se haiga realizado, por anticipo, agradecí, ahora Ella hará lo que debe ser hecho, para mi bien.
El día estaba bueno, no muy caliente, solo un viento un tanto fuerte. Como tenia encargos para encender algunas velas, lo fui hacer, en primero, después las mías, en seguida, fui junto a la Virgen, me arrodille un poco con dolor en las rodillas, pues estaban aun doloridas por haber dado un tropezón en una escalera y su alfombrado había rascado un poco la piel. Allí delante de aquella imagen pequeña pero tan dulce y al mismo tiempo, tan grande de esperanza para quien vive momentos dolorosos, me emocione.
En el tiemplo antiguo, pude asistir a misa, sin darme cuenta, estaba llorando, no conseguía parar, todo me vino al pensamiento y hable con Dios, no pregunté el porqué de nada, solo le decía, “yo sé que no debía,” al final yo me he confesado, pedido perdón y le dije, “está en Tus manos todo, Tu mandas, eres mi dueño, dame paz y hace con que tenga siempre para regalar a los otros, desde salud, cariño, ayuda monetaria y que sus mentes se iluminen para entender como y lo que soy, sin equívocos”.
Esto fue lo que he dicho a mi Protector. En momentos de nuestra vida, solo Él nos oye, nadie más.
Agradecida, pues he quedado a mi amigo, por me haber llevado y no me tener dejado ni un solo segundo sola, su compañía no era una cámara fotográfica, era yo, que tanto necesitaba de llorar y no conseguía.
Un ramo de oliva traje para mi piso, secara, pero nunca lo echaré fuera, mezclada en la jarra con flores, quedará para siempre.
Un sábado distinto, muy bueno, muy necesario para la salud de mí espirito y bien estar.
Él no me ha rechazado, me dejo ser invitada de Su cuerpo y sangre en la misa, en cambio otros me han hecho por rabia, envidia y mala fe a la fiesta que han hecho, en un palacio.
Solo no entiendo como estas personas van a misa y comulgan sin confesarse. Son cosas que no tienen explicación. Por mi no lo conseguiría hacer. Quizá piensen que su maldad es virtud, esto en los demás sea pecado.
Extrañas manera de ser, extraña vida, extraña maldad camuflada en beneficencia, con el dinero ajeno.
Por muchos he rezado, por muchos he pedido, salud, felicidad y luz para su camino, tan oscuro en su caminar ciego por querer ser más que los otros, sin bases, ni buenos sentimientos.
En Fátima he dejado mi llanto, tan necesario a mi corazón herido, por tanto desprecio y impotencia de no poder con mis manos dar salud a quien quiero y todo lo que desean.
Oporto 29 de julio de 2012
Carminha Nieves
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2012 a las 08:41
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 58
Comentarios1
Tu relato transmite y contagia toda la emoción de tu sábado distinto.Hermosas tus letras y un gusto leerlas.Mi saludo para vos.
Gracias, por tu comentario, es lo mejor que tengo, MI VERDAD.
Me gustaria que todos un dia fueran al Santuario, hace tan bien al corazon que es imposible describir lo que se siente.
Un abrazo de corazon.
Carminha Nieves
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