Quiero, que estos, los míos, mis labios:
Moribundos y maltrechos,
Corroídos por el humo del tabaco;
Sucumban finalmente
En esos, los suyos, sus labios:
Rojos, húmedos ¡perfectos!
Capullos de flor. Puros.
Quiero, si es posible,
Que estas, las mías,
Las toscas, torpes, poco agraciadas
Manos mías,
Ásperas impuras no dignas.
Perpetren, inquieten, incurran
En la tranquila magnificencia
De su curvilínea figura.
Quiero, ¡oh! Vaya como quiero
Que estos, los míos brazos
Largos, fuertes y delgados
Fuesen refugio de su cuerpo delicado.
Quiero, para terminar
que los bellos ojos,
perlas de su agraciada belleza;
con mi mirada, triste y pálida
se llegase a cruzar.
Y en perfecta unión de nuestros
Cuerpos, alma y sentimiento;
Al mundo, dejásemos de importar.
- Autor: Blackphoenix (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2012 a las 18:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 93
- Usuarios favoritos de este poema: Michael Méndez
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