Hoy entonaré una canción
en homenaje a mis manos,
éstas que no sólo me han dado el tacto,
sino también la enorme capacidad
de conocer otros cuerpos, de palparlos,
de recorrerlos de cabo a cabo.
Como seres a veces humanos
pensamos, sentimos, olvidamos,
nos emocionamos, meditamos,
pero sobre todas las cosas,
tocamos.
Nuestros pensamientos pueden nublarse con el tiempo.
Es así que nadie puede enseñarte,
mejor que tus manos, a amar la vida,
ellas son las primeras en empuñarse
un gesto épico de agradecimiento al esfuerzo materno.
Con las manos nos acercamos, nos alejamos,
aprendemos a aferrarnos, a explorarnos.
Nuestras manos, mis manos,
me han permitido estrechar a muchos de ustedes como hermanos,
en una escena sublime, un pacto,
una demostración complaciente por no ver pasar la vida volando,
sino atraparla con miles de sentimientos en ellas conjugados.
Mis manos llegan a ustedes ahora,
en este canto,
atraviesan el aire,
para mostrarles cuan cercanos somos, estamos.
Mis manos y su voz, vibrando,
con todas las manos, vibrando,
en un coro improvisado de júbilo;
un trueno que ruge por y para la unión de los corazones,
una melodía que abraza mentes y almas.
Mis palmas cantan
ahora conmigo, les gritan e invitan,
les recuerdan que ellas la vida también aman.
- Autor: Mandril (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de agosto de 2012 a las 16:42
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 86
Comentarios1
BUENA TU REFLEXIÓN DE HOY,TE FELICITO,UN ABRAZO.
Muchas gracias por leer y comentar, un abrazo cordial.
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