EL CIEGO Y LA SORDA

"Hablando de prácticas nos pudimos ver/ y hoy podemos notar,/ que ante la dulce práctica de querer,/ preferimos la práctica de olvidar".

Está bien, no se hable más, será como tú quieras,

soltemos los remos y dejemos el bote a la deriva,

no tendré esa reacción que seguramente esperas

ni serán “te amo” las últimas palabras que escriba.

 

Cerremos el libro donde escribimos esta historia,

que no se quede ni una página que nos mencione,

ya ni rastros de ti pueden quedar en mi memoria

y nunca permitamos que el corazón nos traicione.

 

Porque si somos débiles entonces esto no será

y en un círculo vicioso estaremos rondando.

Sé que esta despedida muy poco nos servirá

si no sentimos el adiós que nos estamos dando.

 

Sabes que no se trata de que no vamos a vernos,

igual nos veremos, pero ya nada será como antes

y tal vez nos sintamos en los mil y un infiernos

al pasar en el amor de expertos a sólo debutantes.

 

Debutantes o ignorantes que creímos todo saberlo

y ya ves que de estúpidos nunca supimos nada,

es que en verdad esto es algo como para no creerlo,

una historia jamás creída o muy mal planteada.

 

Dos expertos que resultamos ser apenas principiantes,

escribiendo versos que a nada concreto nos llevaron,

con huellas que nos parecían de amor verdadero antes

y que sólo un espacio muy vacío y grande nos dejaron.

 

No voy a llorar, no esperes eso de mí, tampoco tú llores,

recuerda que débiles es lo único que nunca podemos ser,

es mejor que des media vuelta y desde hoy me ignores

y yo iré practicando el difícil arte de dejarte de querer.

 

Tal vez esto no lo logre o puede ser que lo consiga,

sabes que la vida en ocasiones nos da sorpresas,

de pronto me verás como amigo y yo como amiga

y hasta conversaremos... pero no de nuestras tristezas.

 

Esta despedida de ambos con fuerza nos aborda,

nos costará escucharnos y vernos, eso no lo niego,

ve preparándote tú para ser una mujer muy sorda,

que yo desde ya estoy listo para volverme ciego.