Todavía me sustento
con los dulces besos de su tierna boca
y con la rosa azul de su blanco pecho,
que con ternura de niña me entregaste.
A este árbol viejo se le acorta el camino
y ya mis huesos extenuados buscan
entre la indiferente brisa del ocaso,
alguna playa vacía donde
ir a descansar,
mis olvidados pasos.
Nuestro eterno amor,
seguirá vivo entre los pétalos
de las rosas
y en la anochecida luz de mis días,
la rosa azul,
que en mi plantaste,
florecerá de nuevo,
entre las inexpertas bocas,
de los nuevos amantes.
- Autor: marco augusto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2012 a las 10:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 135
- Usuarios favoritos de este poema: la negra rodriguez, Amelia Suârez Oquendo
Comentarios3
🙂 simplemente hermoso! es un deleite leerte compañero !! saludos
Y sera como un símbolo del amor reinante.
besos.
Así se dice, amigo, porque "el amor no muere, solo cambia de tiempo". No te había leído antes pero me alegra haber estrado en tu espacio para disfrutar de este bello poema que hace referencia al amor y el ocaso.
Un placer leerte.
saludos.
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