Holgazana, te fuiste de la mano,
huérfana de oraciones, pluma necia.
Sin calcetín de tinta,
yaces inerme con el pie desnudo.
Rehúyes el papel,
no quieres ser su lazo de ornamento,
un nudo marinero
con poético talante.
Sobre la mesa, sobre la madera
se corrompe el metal de tu esqueleto,
rozado por el aire, un fantasma de muerte;
vahído que me trae tu silencio.
No te atreves a izarte.
Te ocultas de mi vista,
das la espalda a las pautas y cesuras.
Te da miedo la rima.
Rebelde equivocada,
no quieres levantarte en mi presencia.
¿Por qué no doblas el talón bailando?
¿Por qué no esparces luz en mis cañadas?
Yo sé que beberás negror de tinta
cuando te lo demande la penuria,
cuando se desvanezca tu nevada
al calor de un deseo.
Volverás a ser mía, lo serás.
Prepararás la mesa, ilusionada,
con tu audible arrastrar por un escrito;
con el clamor de un soplo de mi alma.
© Copyright Antonio Macías Luna
- Autor: Antonio Macias Luna ( Offline)
- Publicado: 13 de agosto de 2012 a las 17:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 118
- Usuarios favoritos de este poema: arqroblori
Comentarios3
Bello escrito. Una bienvenida bien merecida os doy querido amigo. Buena calidad literaría posee este maravilloso escrito
¡Felicitaciones y bienvenido!
Hermoso poema. Saludos.
BIENVENIDO Antonio, gracias por dejarnos conocer tu poesía.
Un abrazo.
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