Nublado castillo que nos envolvió por la discrepancia de nuestros ángeles oscuros rebozamos la copa sin mirar un lucero,
y hastiamos los cuerpos por la benevolencia de
nuestras ciénagas recorridas.
Aquellas murallas construidas fueron derribadas por las tempestuosas lagrimas acidas,
nuestras alas maltratadas fueron mutiladas,
y los ojos de la hermosura tenebrosa fueron desterrados.
Entre sombras que gotean sangre esculpo el ocaso congelado,
fueron cercados sueños, y en el murmullo del desierto
se quedan destellos en luciérnagas.
- Autor: Diana Gaviria ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2009 a las 22:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 282
- Usuarios favoritos de este poema: Mauricio
Comentarios5
Un título que llama la atención como pocos. El poema tiene imágenes oníricas que denotan una gran fantasía. También hay referencias a la iconografía cristiana. La última estrofa destaca por encima de las demás. Sólo te dejaste algunas tildes. Me ha gustado el poema.
Saludos, Diana, y un placer leerte.
Este es un escrito para mentes de un poco nivel intelectual más profundo, lo unico es que agregaria una coma en el segundo verso siguiente a "oscuros", pero definitivamente una excelente expresion, tienes un estilo muy original, de imagenes casi abstractas y poco comun.
Me parece un poema excelente, esta colmado de imagenes que son el principal factor de un buen poema; son versos asonantes que nos llevan de la mano a una tristeza íntima. Gracias por compartirlo pero sigue escribiendo me gustaría conocerte más.
Felicidades....Es un poema para mentes sumamente desarrolladas.
el poeta irreverente
Un novato opina: que bonita ironía!
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