1
Recordare volver a vivir….como alguien o uno mas,
mis pisadas tienen señales de una vida combativa,
la brisa del desierto hace desaparecer mis huella…
mi árbol que demora en crecer tiene el olvido,
y ,el tiempo que parece jugar con instante de mi alma.
Todo es fugaz, como aroma de vino al viento,
Ya, nadie planta un árbol de cien años,
ama más allá de una noche de pasión
tu caminar se consume en la sobrevivencia,
Quizás, las heridas cerradas sangren mañana…
No puedo escribir tu historia, ni leer tu piel,
Ni las causas de la estampida de pájaros de tu alma,
Intentare unir cada noche los pedazos del tiempo,
las cicatrices, y el color de las estaciones de tu cuerpo…
quizás ,el amor sea nuestro, y el tiempo de cada uno…
pero ya no seremos los mismos, y quizá nunca fuimos
¿Quién plantara un árbol que dé frutos en cien años más…?
2
(Antes de la batalla, la vida, tiene poco valor,
Durante la batalla la vida tendrá valor,
Después de la batalla, si sobrevives,
Solo detendrán tu sangre, amarraran tu carne,
Nadie percibirá tus heridas ciertas,… (si piensas
que estás muerto, ninguna herida será importante)
Las aves carroñeras serán tus pájaros del jardín
así la vida y la muerte es la confusión exacta,
La anestesia del dolor, el naufragio de una oración
de amor, y las manos amarrada de un niño…
esclavitud del temor y, eslabón de una lagrima…
como la libertad condicionada del dolor…)
(A propósito, me pregunto, y quizás te pregunte,
¿Cuántas aves carroñeras deambulan en tu jardín?).
3
Una habitación simple, en una montaña simple,
Atraviesa un rio simple, flota un corazón simple,
Como un hilo simple de leche materna, un niño,
Que nació entre la hierba, tiene el canto simple,
Un canario escuchara ,en silencio ,su alma simple.
Escuchamos el sonido de la paz después de la violencia.
Así, yo escucho tu amor después del último beso,
Y quizás, la aurora de la mañana sea mi noche,
Cuantas veces, estuve bajo la lluvia y, no te encontré,
Cuantas veces, y en cuantas esquinas espere tu alma,
y fue, el susurro de un vuelo con perfume a ausencias,
Quebré el silencio, te dije adiós, pero ya no estas…
Mi oración y la aurora son lo mismo, como la paz ida…
Seguiré esclavo de la miopía, de la lava hecha piedra,
del corto tiempo,…en cada esquina hay faroles encendido,
mil cuchillos desprenden las estrellas y tu alma hecha amor.
- Autor: oscar campos ( Offline)
- Publicado: 20 de agosto de 2012 a las 00:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 175
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, nellycastell
Comentarios3
Agradable ha sido leerte. Me gustó.
Saludos.
Seguiré esclavo de la miopía, de la lava hecha piedra,
del corto tiempo,…en cada esquina hay faroles encendido,
mil cuchillos desprenden las estrellas y tu alma hecha amor.
Bello poema amigo Oscar Campos... un placer leerlo.
Saludos
Me quedo ren la fracción tres.....me pareció formidable, un abrazo y que siempre estes bien....
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.