Entré al jardín de tus piernas
lúcidas, blancas, serenas,
y, en el boscaje escondido
se perdía mi mano entera.
Tus piernas con gran maestría
se entreabrían tan discretas,
que el aroma de tu sexo
se filtraba entre tus piernas.
Dejé que la escena contuviera
mis caricias en tus muslos
llenando de besos puros
tus rodillas y tus senos…
recorrí todo tu vientre
con mi boca y, en tu ombligo
me detuve un momento
para dormirme contigo.
Entré al jardín de tus piernas
lúcidas, blancas, serenas,
y corté una margarita
¡que la llevo a dondequiera…!
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Autor:
el poeta irreverente (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2009 a las 14:28
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 494
- Usuarios favoritos de este poema: Blancalina
Comentarios4
guauuuuuuuuu amigo....me dejastes sin palabras....bellísimo, sensual...calienta hasta el alma...jajjaja!!!! Besitos.Gabi
Pero que paseo mas sensual por el jardín.
Espero que no tengas que deshojar la margarita.
Bueno, de verdad, me gustó mucho.
Con eufemismos o sin ellos.
Besos
Bello poema y muy exquisito
para saborearse linea por linea.
te felicito es muy bueno.
saluditosss
Muy bello, tanta sensualidad y tanto sentimiento...
Muy bueno...
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