La Mula

david del lignum cruxis

El semillero de una burla, la tosquedad natural

la suma de los tres números de diversidad hueca

hacen una unidad de elementos reacios y sin idea comprensiva,

una demora artística en la identidad aniquilada.

 

Es claro el objetivo de esta superficie frágil

recalcar la doma de las normas fundamentalistas

encartonadas por la involutiva manera de

ver las consecuencias de sus aseveraciones

erróneas, limitadas, invariables, negativas;

pero, se cree que el subjetivismo es suficiente

para demostrar la variación de ideas en utopía,

una fórmula antigua donde se grabó y tal vez

siga grabándose la ciudad y las historias

la sociedad y las viñas, casi invariable,

en este  momento sideral, dos de cada santidad

y número infinito de boca alevosa

que adormita las nucas y pone tildación en

carteras sin cerradura, carente de sentido creador

vulto, vulgo, soltado, somero, adelante y atrás

arrimando la edad de piedra en la esquina de una

pared cíclica ý cangreja ciega, que suena ÿ cumple

con rectas muy reglas, los delitos y la presumisión

lamentablemente dislocada, colmándose de errores

de mazmorras elitistas animadas en la retina de

la cuadriculada conjunción de transparencias sucias.

 

Una legión se daría por completo tapando

pestilencias remanentes, inconclusas, obcecadas

narrando con moldeable redundancia la exquisitez

de una probable moda cerda que evita los ojos

las asperezas de una cualidad que requiere de probada espiritualidad,

como cura del vicio tan hediondo.

Culpable de todo, ese,

el de cuatro extremidades verticales y

paralelas a su integridad física,

reparada con cruces y granito,

en macerados de burla y socialdestreza

en el soliloquio de dolo y ruina,

que no cambia su forma para el bien, sino

mortifica su sadismo con elegancia perturbada,

con la maestría de años

en las cavernas de olor delicioso,

de suavidad al tacto, de incivilizada condición,

naviero indocto,

por su conducta mala correpción.

Burdiera* radical,

calamitosa dirección en relinchos

que el híbrido no cuadró, no delimitó

ni ensillaron; no cargaron nunca rápido

malinterpretando la muda de actos;

el reloj,  un tiempo de impaciencia

durmo no hundo, pático, más sonoro,

ni flagelazos, en un lomo de cientos,

en una espalda de miles,

encima de vértebras complejas, elaboradas

¿cuántos?, pues un millón...

  • Autor: centinelagris (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de agosto de 2012 a las 10:02
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 474
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    El semillero de una burla, la tosquedad natural
    la suma de los tres números de diversidad hueca
    hacen una unidad de elementos reacios y sin idea comprensiva,
    una demora artística en la identidad aniquilada.

    Un hermoso y enrevesado poema sociopolitico de altura y fuerza poetica.
    Saludos de amistad amigo Centinelagris



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