Pero que tajante silencio tienes en la boca, que te cruza hasta las piernas; y ya no te puedo ver. Ay, mulata, a donde has ido, ¿por qué te vas? ¿por qué? Si me dejas ensimismado aún de tus olores a incienso, gitana, maldita, ¿por qué te vas?.
Tu silencio, roto sólo por el crujido del piso cuando camino, cuando dejo caer la suela de estos zapatos viejos sobre la madera, hinchada, no sé si de mi llanto o la humedad que provoca tu ausencia. Ay, negra, mulata mía a donde fuiste, porque te vas, porque te callas, ahí recostada, dolor, dolor, dolor.
- Autor: Quetzal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2012 a las 15:20
- Categoría: Triste
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Tu silencio, roto sólo por el crujido del piso cuando camino, cuando dejo caer la suela de estos zapatos viejos sobre la madera, hinchada, no sé si de mi llanto o la humedad que provoca tu ausencia. Ay, negra, mulata mía a donde fuiste, porque te vas, porque te callas, ahí recostada, dolor, dolor, dolor.
Dolor y tristeza brotan de tus bellas letras amigo Quetzal
Saludos de amistad
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