Una noche sublime y estrellada,
un lucero me mira vacilante;
y parece decirme en su mirada;
soy el alma de aquella vida errante
que te amó con pasion idolatrada.
Yo tan bien,como tú, sufro el flagelo
de esta ausencia mordaz que me devora;
de mis noches de amargo desconsuelo;
de mis días sin luz y sin aurora
tu recuerdo es la imagen que ilumina
el difuso sendero de mi vida.
Y como alma perdida en la neblina
voy llorando el dolor de tu partida.
Esta noche escudriño el infito,
y pido a Dios que, en su bondad serena,
me lleve por el mismo caminito
allá donde tú estas, mi dulce Elena.
Pero sabré esperar, con estoicismo,
el momento final de mi partida;
que la muerte me saque del abismo
fatal y doloroso de la vida.
- Autor: norberto marin ( Offline)
- Publicado: 30 de agosto de 2012 a las 11:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 131
- Usuarios favoritos de este poema: LEONARDO HENRRICY, El Hombre de la Rosa, Bertini
Comentarios3
Precioso poema Norberto. Muy buena rima y el tema es espectacular. Hay algunas palabritas que hay que corregir pero eso es lo de menos. Ah. y Bienvenido... Esperamos poemas tan lindos por igual.
Hermosas letras componen tu poema, fue un gusto leerte.
Sludos
Una noche sublime y estrellada,
un lucero me mira vacilante;
y parece decirme en su mirada;
soy el alma de aquella vida errante
que te amó con pasion idolatrada.
Primorosas letras en poema hermoso y libre de reglas.
Un placer amigo Norberto Marín
Saludos de amistad
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