Tengo un tango colifato en mi bolsillo,
que sufre penas de un triste bandoneón,
a veces sale a llorar a los pasillos,
o a los suburbios obscenos de un amor.
Llora el tango su congoja y entre puchos,
las notas van entonando su dolor,
y el espectro de un cigarro debilucho,
se suicida inutilmente contra el reloj.
Sufre el tango su congoja adormecida,
entre rieles y fantasmas transita hoy.
Y los ojos del pasado que rechinan
se chamuyan a un malandra soñador.
Y mi tango colifato en el bolsillo
tarareando suavemente va al dolor,
ya no espera de la luna ni su brillo,
ni tampoco el aleteo de un gorrión.
En dónde están tus malevos Buenos Aires,
la madama del burdel se nos piantó,
y el cofiolo de la esquina va con aires
de engrupido, ¡irreverente estafador!.
Los faroles ya no están en las esquinas,
si hasta los funyis perdieron su razón.
Los adoquines se han ido de visita,
borrando el tiempo febril del corazón.
Sandra Ignaccolo
- Autor: Sandra Ignaccolo ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2012 a las 21:14
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: DAVID FERNANDEZ FIS
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