Qué bello es recordar aquel momento,
cuando iluso a la luz de tu ventana,
quedé mudo, sin voz y sin aliento;
al verte tan hermosa y tan lejana.
mas hoy sigo esperándote entre abrojos,
sin poderte decir que aquella tarde
te besé con el alma y con mis ojos,
y te entregué mi corazón cobarde.
¿Por qué, Ángel mío. yo que te quiero tanto,
te burlas de mi amor y mi quebranto,
y me hundes el puñal de tus reproches?
Ven, corazón mío, no quiero perderte;
te seguiré amando hasta la muerte
en el gélido polo de mis noches.
- Autor: norberto marin bolivar ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2012 a las 12:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 119
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Gaby Blue
Comentarios2
Qué bello es recordar aquel momento,
cuando iluso a la luz de tu ventana,
quedé mudo, sin voz y sin aliento;
al verte tan hermosa y tan lejana.
Genial y bello poema has traido hoy amigo Norberto Marín Bolivar
Un placer leerlo
Saludos de amistad
Gracias, Señor de la Rosa, por su comentario; este es un alago para seguir adelante.
"Te besé con el alma y con mis ojos
y te entregué mi corazón cobarde..." Es hermoso, me gusta tu estilo.
Saludos.
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