Esas ansias inmensas de demostrarle al mundo que tan grande es mi amor, que tan grande es esa dama…
hacerlo, ¿Por qué no?
Veamos que sale…
por las noches la pinto, la pinto entre las estrellas, y resalto algunas con el brillo que dan sus ojos,
Y cuando las miran desde otra esquina del mundo los hombres dicen “que inmensa es esa dama, que infinita es su belleza”
Y en las mañanas la sigo pintando entre los arboles, sombreando el contorno de sus labios entre hojas, plasmando sus rosados labios con las nubes, arden las nubes, arden y el que las mira dice “que tan incandescente es el amor que le tienen a esa mujer, que hermosos labios posee”
Tomo la luna para plasmar su alma, y los cráteres que sangran luz como el alma de mi amada…
Tomo un puñado de aves que pasen en su contorno, que se embriaguen con su alma y canten, canten como lo hago yo…
Y los hombres escuchan ese canto y en coro gritan “Bendita sea esa mujer, que tan grande es su melódico palpitar”
Y tomo el océano como su templo de Venus, y vierto en el mi cuerpo y alma, me dejo danzar en el, y miro como los hombres me miran desde la playa, veo como envidian ese placer infinito que siento al nadar entre tus aguas...
Y me sumerjo entero, salgo como nuevo, y los peces de nuestros momentos nadan libres entre nuestro encuentro, y los hombres dicen envidiosos “ suertudo ese hombre, nada entre la espuma que dan las olas de su amada, libre como ninguno, feliz como ninguno”.
Tomo el viento y lo hago pasar en entre cada pétalo de cada flor y de cada roble, de cada hierba y con cada pequeño hilar de pasto tejo ese dulce velo de tu perfume,
Y me embriago de el, me cubro en el y siento tu esencia rodear mi pecho y mi piel, mi nariz, mis manos, y mis pulmones dejan de ennegrecer,
Y todo se humano, ya sea caballero o bailarina de burdel, todos te inhalan con curiosidad y gozo y gritan de nuevo en coro “increíble mujer, donde descansa ese cuello que impregna de ángel el viento, donde”
Y no me canso de mostrarle al mundo lo inmensa que eres, en cada libro en cada pequeño ciervo, entre los palmos de cada árbol, en la rosa que nace, en el lirio que perece,
Entre los barcos y las calles, entre los hombres y sus madres,
Entre cientos de corales, o en el calor de los volcanes, entre la nieve y la espuma, entre el barro y la pintura…
En cada pequeño detalle de la humanidad te encuentro y te señalo, y los demás te miran extasiados,
Y entre todo lo natural te reflejas, y te marcas sola como instinto de poeta, y todo mendigo ya no pide limosna, solo miran tu persona y embelesen ante tu riqueza absoluta…
Los padres te dedican las misas, los ateos contigo el universo descifran, los perros son fieles a tu vida, y las aves despiertan con tu risa…
La primavera espera tu tristeza y el invierno espera a que duermas…
Y los hombres lo miran y te miran amada mía,
Yo lo miro y te vivo, te recuerdo, te bebo junto a una copa de vino, te muerdo al comer el pan de mis descuidos, y todo hombre te mira por inercia, todos te escriben poemas, pintan con tu cuerpo una capilla Sixtina o crean canciones en chelo y violines, clarinetes y oboes, pianos y saxofones, y tu voz utilizan para dar ritmo, y tus dedos danzando con tu caminar son los directores…
Eres tú la diosa que da vida y la muerte que con un toque me da la otra vida,
Y bebes y me das vida, y sueñas y me das vida, ¡respiras y con cada inhalar me das vida!
¡Y a todos los hombres das vida!
¡Y a este poema narrativo das vida!
Todo sucumbe y te reverencia, todo tiene tu nombre escrito en tinta y a la diestra…
Pues no necesito contarle al mundo que tan grande eres,
Solo miran el cielo tapizado con tus emociones y en pleno te conocen…
Y solo duermen con una mujer y besan sus pechos y te conocen...
Con solo respirar te conocen y el amor que por ti siento sienten…
Pues tú eres mi vida, mi mundo, mi universo…
Y cada ser vivo que exista te tiene, cada cosa en el mundo te tiene, cada partícula en el cosmos te tiene…
Pues eres el amor en su máxima expresión, la vida misma…
Y hasta la muerte depende de ti, pues sin ti, la muerte seria un concepto sin motivo ni estima…
Y al decir esto los hombres gritan junto conmigo “vendita seas amada mía, grande es tu belleza, y exquisita la vida que inconscientemente entregas”
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2012 a las 00:03
- Categoría: Amor
- Lecturas: 487
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Eres tú la diosa que da vida y la muerte que con un toque me da la otra vida,
Y bebes y me das vida, y sueñas y me das vida, ¡respiras y con cada inhalar me das vida!
¡Y a todos los hombres das vida!
¡Y a este poema narrativo das vida!
Todo sucumbe y te reverencia, todo tiene tu nombre escrito en tinta y a la diestra…
Absolutamente intenso, profundo el sentimiento y bellas tus letras....Un abrazo...
Muchas gracias por exaltar tanto mis nobles letras querida Genevieve, es un gran alago para mi que pase a leerlas...
un abrazo
Esas ansias inmensas de demostrarle al mundo que tan grande es mi amor, que tan grande es esa dama…
hacerlo, ¿Por qué no?
Perfecto y bello escrito literario lleno de fuerza y poder poetico.
Saludos españoles amigo Psychotic
Muchas gracias por su obsequio tan hermoso que es el que lea mis sentimientos querido amigo,
igualmente un saludo desde mexico...
expresa no solo palaras escritas sino que el alma lleva estos versos a tu amada hermoso poema
Entonces me ha regalado la dicha de saber que mi poema cumplió su misión de existir, y eso me llena de felicidad...
Muchas gracias.
un abrazo
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