Aunque fueran pecado tus labios

 

Préndeme con ilusiones,

confiésame tus deseos,

no retraigas las pasiones,

pues, todas, oírlas yo quiero.

 

 

Remuevo; el cielo y la tierra,

si hiciera falta; perezco;

para beber de tu fuente,

desestimando los miedos.

 

 

Me acerco para ofrecerte;

mis ganas, todas hundiendo,

en tus lozanos encantos,

que son deleite del viento.

 

 

Tu simple honra la envidian,

princesas de porte extremo,

por ella, me bato en justa,

por ella soy caballero;

 

 

para peinar un mechón,

de tus preciosos cabellos,

tras derrotar la avaricia,

de algunos, en fiero duelo.

 

 

Acepto el reto: ¡defender!,

la blancura de tus besos.

Decido alcanzar la virtud,

que guardas tras el pañuelo;

 

 

tus gruesos labios de fresa,

que usando el lino de velo,

ocultan sus locas ganas,

de indagar en mi universo.

 

    ***   ***

 

Tu boca sea rocío,

que roza, dulce, mi calma.

Obtengan todas mis albas,

el amoroso delirio,

el temple de tus mañanas.

 

(Por mucho más largo tiempo,

que la inmensa eternidad

significada por siempre.)

 

No pase el día deprisa,

se ralenticen, las horas;

semillas son, son esporas,

cuando a tu lado recitan...

y la vida, desempolvan.

 

 

(Contigo pierdo el lamento,

descubro la inmensidad,

que otrora era intermitente)

 

 

Salud contiene mi día,

si tu mirada reposa,

sobre este amor cual eclipsa,

la fea mortaja fría,

que castra alianzas hermosas.

 

"Aún pecando; al morder tus frescos labios,

gustoso pecaría; querría

                                               saborear;

la dicha primeriza, que anudando los cabos,

lleva la lluvia dichosa hasta el mar."

 

318-omu G.S. (Bcn-2012)