Los borregos también vuelan:
cuando era niño sabía,
del cielo lo más nuboso.
Y era cuando frío hacía.
Las náyades frescas caen
hasta su mansa bahía,
donde chapotean oros
que ungen de satín al día.
Una ajorca de colores
al viento, plata despinta:
el escaso sol escribe,
la lluvia lee sucinta.
Fontanas áureas van:
un espejo desvaría,
con unos rubios cabellos;
unas hilachas marinas.
Lánguido plomo desmaya
su sombra en la noche fría
y a las argénteas luces,
las torna todas umbrías.
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Comentarios3
Describes la naturaleza con gran fibra de poeta Vick. Me gustó. Te felicito Un abrazo: Hugo
Gracias Señor Hugo, por su comentario. Igual le mando un abrazo.
Gratificante lectura tu genial poema amigo Vick Romero
Saludos y amistad sincera
Muchas gracias por leer y por su cometario.
Le mando un cordial saludo.
Bellísimo Victor, un balsamo para el alma.
Cariños
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