De lo alto, de la cima del pedestal donde estabas,
Muy adentro de el alma, de este hombre que te amaba;
He sentido que has caído muy precipitadamente;
Porque la mujer que ama, se crece cuando no miente.
Mas así lo hiciste tú, mentiste sin compasión,
Hiriendo los sentimientos de quien tanto a ti te amo;
A ese hombre que a otra, ofendió por tus valores,
Y que hoy dobla rodillas, para enmendar sus errores.
Se podrá vivir mintiendo y engañando corazones,
Pero en la vida se paga la maldad con sinsabores;
Y cuando te toque a TI, no preguntes ¿Qué me pasa?
Que te llegaran recuerdos, sin escuchar mis palabras.
Yo que tanto defendí tú nombre y tu moral,
De eso no me arrepiento, pero hoy me siento mal;
Con mucha razón lo digo y no bajaré mi frente.
Se que pude equivocarme y eso pasa entre la gente.
Te escudas hoy con decirme y lamentar tu pasado.
Pero yo te amé de veras, aunque tu amor fue robado;
Pero lo dice un refrán, lo mal quitado no luce,
Y ya me he dado de cuenta, me persigno y hago cruces.
Te deseo felicidad aunque la mía no llegue.
Esperando que te dure y no vuelvas a fallar’
Porque aunque muchos dijeron, que eras mala y muy perversa,
Nunca creí que al final; resultaras ser, una cualquiera.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2012 a las 16:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 170
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
De lo alto, de la cima del pedestal donde estabas,
Muy adentro de el alma, de este hombre que te amaba;
He sentido que has caído muy precipitadamente;
Porque la mujer que ama, se crece cuando no miente.
Gratuficante lectura tu sensacional poema lleno de fuerza y sabor poetico.
Saludos y amistad amigo José Antonio Miguel Pérez Amézquita
saludos amigo y muchas gracias por leerme.
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