En una ciudad donde transita la gente
rozándose los hombros por la abundancia de ellos;
había convocado a una reunion un gran gerente,
hombres elegantes, de bien peinados cabellos.
Los trajes que lucían eran de la marca Bottega Veneta,
y sus zapatos de diferentes medida,
y aunque llevaban una vida muy inquieta,
se ve que disfrutaban de la vida.
Eran abogados, hombres de dinero,
que para tener algo,solo decían,”quiero”.
La puerta del lugar daba la calle,
y una lluvia abundante mojaba a los de afuera;
y mientras afinaban un detalle...
¡Se abrió la puerta y entró una lismonera!
La silueta se dibujó como se dibuja una figura en la arena,
se veía una mujer chorreando agua a través de ropas desgarradas.
en su rostro había algo muy obvio:¡Una gran pena!
con sus sandalias viejas,desgastadas.
Fue y sentose en una esquina y todo sucedió en un instante;
todos voltearon a mirar con desagrado
pues era una reunión muy importate;
todos,excepto uno,un noble abogado.
Se puso de pie y dijo:¡"Señores,
Quiero presentarles al amor de mis amores;
La mujer que ustedes ven no es cualquier cosa,
Esa mujer... es mi esposa"!
Autor:Bernardo Arzate.
- Autor: Bernardo Arzate Benítez ( Offline)
- Publicado: 22 de septiembre de 2012 a las 02:49
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Grande es el corazón de las personas que respetan la dignidad,de toda persona,sin importar su posición social!
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 533
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
En una ciudad donde transita la gente
rozándose los hombros por la abundancia de ellos;
había convocado a una reunion un gran gerente,
hombres elegantes, de bien peinados cabellos.
Un cuento lleno de genial poesía amigo Bernardo Arzate
Saludos y amistad
Un gran gusto,saludarlo.Gracias por el comentario.Saludos y amistad
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