Entre seis encinas secas, emerges triste y fantasmagórica, reflejo difunto de mil historias desnudas, mostrando ladrillos y yesos ahora podridos, siluetas grotescas que rompen el valle que te alberga, sin lamentos, sin miradas, sin el eco de la vieja palabra.
Entre trigos que se pierden a la vista, te alejas ensombrecida, rodeada de cadáveres que se retuercen, la pena seco raíces, amarguras teñidas de lo que fue verde, gritos y lamentos en silencio recorren tus adentros.
Solar de tejas rotas, de paredes desiertas, momentos perdidos entre encinas muertas, como el castillo sin conquista, isla negra en un oasis de aguas amarillas, ni la brisa, ni el viento, ni la lluvia agradecida, devuelven a ti la vida del recuerdo que rugió dentro, hoy, arrasado y desierto.
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Autor:
Antonio B. (Seudónimo) ( Offline)
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Publicado:
26 de septiembre de 2012 a las 13:31
- Comentario del autor sobre el poema: AL paso por una de tantas ruinas dejadas de la mano en bastos campos manchegos, esta en concreto, entre girasoles y unos pocos arboles muertos, se me clavo dentro y de eso, nacio esto.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas:
105
Comentarios1
Me gusto mucho tu casa del valle amigo ... plena de silencios dolorosos dolorosos y fantasmas que arrastran sus cadenas .. quien sabe desde cuando ... muy bueno .. saludos .Alejandrina.
¿Cuantas penas verdad? me imponen esas casas, me encantaria tener la oportunidad de disfrutarlas, limpiarlas, sacar la vida que sin duda un dia impregno sus paredes.
Gracias por pasarte, un abrazo
Antonio
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