Fuego

ALFREDO

Sé que surgí de los muros perennes de la carne;

mas nunca supe cómo caí en la Tierra,

cómo es que no aterrice en un plano paralelo,

o en el cuerpo sin dudas de algún virus.

Sin embargo

tengo la certeza de que ser humano es vivir de duelo,

ser humano es reír pedazo por pedazo,

es continuar por una línea inexacta, misteriosa:

un secreto agujero

donde nunca, pero nunca… nace nada.

(Ay de mis segundos que vendrán en unos años,

ay del tiempo que no duerme en mis entrañas,

ay de mi silencio que despierta en madrugadas,

ay de mis poemas que se disipan y se callan).

¿Encontraré los caminos perdidos de los muertos, de aquellos seres que vivieron como piedras,

que respiraron como arena,

que tuvieron la esperanza de la espina,

que arrancaron los pulmones de su arte?

¿Los hallaré acaso recostados en la hierba,

mientras cantan a voz viva coplas y juglares,

o me toparé con sus espíritus morados e insalubres?

¿Los reconoceré acaso por ser como los árboles

que desde su nacimiento

pierden la esperanza de moverse?

Pues seguramente esa es la prieta imagen.

Ya habrá que dormir, habrá que nadar en un charco de símbolos rojos

y ojos

que se cubren apropósito

por miedo al miedo.

Ya habrá que dormir

y quedarse con la incertidumbre que lastima el pecho

que destruye el sueño.

Ya habrá que huir de la “conciencia”

que demolerse como el verso final

de Baudelaire.

Ya es necesario hablar

antes

de que el final

se manifieste tal cual es:

tupido, nebuloso

ardiente, despiadado,

y lo peor de sus efectos:

que no sepas el porqué.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  • Autor: Alfredo Murillo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de septiembre de 2012 a las 18:18
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 102
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