Cuentan o dicen o hablan
que un niño encontró el mar,
su asombro fue tan grande
frente al inmenso estanque
que lo anheló tocar.
Una muralla de rocas
asentada en la orilla,
acabó con su alegría.
¡El niño se puso a llorar!
El duende de las rocas
cabizbajo y fortachón,
afligido al ver al niño
un hechizo conjuró.
Cada lágrima derramada
deshacía la enorme piedra
y como triturada, molida,
se fue formando la arena.
- Autor: Ayadent Vidal (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2012 a las 20:22
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: lunaplateada
Comentarios3
tiene cierta hilaridad
Es muy tierno y con mucha imaginación
!!!B I E N V E N I D @ !!!!!
no se de donde eres, ni como te llamas, pero me gusto visitar tu espacio.
un abrazo
Me alegra que te haya resultado tierno el poema.
La ternura es pura sonoridad del alma, el hilo invisible que agarra la esencia de la vida.
No podría existir sin ella, pues ella, es la sangre del poeta.
Muchas gracias.
Soy de España
Buen poema de sueños de niñez,me gusto, saludos y bienvenido.
Gracias por tu comentario.
Espero volver a encontrarte por aquí.
Un saludo
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