La soledad y Dios
Creció la soledad como las ostras,
perlas blancas que nadie disfrutaba,
allá en lo oscuro el mar ni las besaba,
y algún ahogado sólo halló sus costras.
Creció por la ciudad, cual las mangostas
que todo devoraron tras su aldaba,
alguno incluso se ofreció sin traba
a aquel banquete de sueños y bostas.
Creció en la multitud, bancos y postas
llenáronse de heridos que dejaba,
las calles se volvieron más angostas.
Y tanto que ninguno ya esperaba,
así la soledad amplió sus costas,
a Dios yo le avisé, pero no estaba.
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27 09 12
- Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2012 a las 22:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 142
- Usuarios favoritos de este poema: elvira olivares
Comentarios3
A veces sentimos que DIOS nos abandona ...pero de nuestra FE depende volver a buscarlo .,PRECIOSO POEMA
UN BESO , OSCAR
Gracias, pepita, un abrazo y buena semana para ti.-
ÉL SIEMPRE ESTA ... DEBEMOS SABERLO BUSCAR ...HERMOSO SONETO
ME ENCANTO LEERTE
FELIZ SEMANA
ABRAZOS DTB
Comparto tu fe, compañera, saludos.-
No sé si siempre está Dios, tal vez en algunos momentos la soledad sea nuestra compañera, cuando mi nieta se moría lo llamé y solo el silencio fué la respuesta, y mi nieta se fué, después el tiempo pasa y la soledad una vez mas nos lleva hacia El, y así una vez más volvemos a pedir y volvemos a esperar, Oscar me ha puesto triste este poema, tal vez porque me he visto reflejada de alguna manera, pero es maravilloso,llega al corazón.
Un beso amigo.
No es mi intención, elvira, me disculpo, sólo se trata de vernos en nuestra pequeñez y de buscar en el fondo del corazón. Un abrazo, Óscar.-
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