Trigueña con ojos rasgados
teñidos de otoño y café;
de labios carnosos
dulces como la miel;
tu piel al sol dorada
tienta y provoca mis ansias de amar.
Tus cabellos lacios al viento
tu sútil forma de andar
embriagan tu figura de misterio y seducción
despertando con tu perfume
mi desbocada pasión...
Si pudiera ser el dueño
de las agujas del reloj
sería quien revele los secretos
que encierra tu inquieto corazón...
Niña caprichosa y altanera
daría lo que fuera
por enlazar tu cintura,
domar tu reveldía y coronarte mujer...
Cruzaste mi camIno a destiempo
ingrato y cruel es el destino
conocerte y no tenerte,
soñarte y despertar cada mañana
con tanta angustia y dolor...
Tú eres mi tan deseada espiga en flor
y yo sólo un junco viejo
muerto y rendido a tu amor...
ESMERALDA
Comentarios2
Que bello!
Que bella inspiración...sutiles y encantadores versos.
un tierno abrazo.
Nikita.
gracias Nikita ....son vivencias del alma.
Saludito
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.