Ven conmigo a la cama del deseo

Siento tu mano fría correr despacio sobre mi piel,
tu pecho en mi pecho y nuestra desnudez un
sinfín de reproches que yo imagine,
ven conmigo a la cama del deseo y del placer,
yo me reclino sobre tus pechos sedosos,
con todo mi amor, mi deseo y mi placer,
jugueteo con tus pechos y mordisqueo tus pezones,
que al sentir mi húmeda lengua se ponen erectos y duros,

tu excitación crece cada vez más y tu cuerpo se
arquea por el deseo y el placer, abres tus piernas
de tal forma que pueda entrar yo entre ellas,
para así poder bajar por todo tu cuerpo desnudo,
besándole con mucho mimo y sensualidad y
al mismo tiempo pasándote mi lengua húmeda,
para seguir excitándote llego a tu maravilloso
ombligo y juego con la punta de mi lengua en el,

tu cuerpo se estremece de placer, sigo bajando
hasta llegar a tu bello y sensual pubis, que con mis
labios los cierro suavemente y jugueteo con tu
vello púbico, tú te excitas de tal forma que coges
mi cabeza y la contraes contra tu maravilloso
pubis, para que siga jugando con él y con tu
bello, bajo un poco más hasta llegar a tus ingles,
en las que me paro y doy besos muy suaves y

mi boca se encuentra en tu parte más sensual,
mordisqueo con pasión y mucho deseo y
pasando mi lengua humedeciendo tus ingles,
sigo hacia tus sedosos, suaves y excitantes muslos,
los dos muy excitados, de tal forma que yo te
pongo uno de mis oídos en la parte interior de uno
de tus muslos y el otro oído en el otro muslo,
imagina mi lengua juguetona, lujuriosa y

en ese momento para así poder saborear,
tus jugosas mieles del placer y del deseo,
con mi lengua juguetea con tu maravilloso,
jugoso y excitante clítoris y juego con el,
de tal forma que tu cuerpo se retuerce y estremece
en la cama de placer y deseo, yo excitado al máximo,
subo y gateo hasta llegar a tu boca para besarla y
jugamos con nuestras lenguas, con mucho amor,

pasión y deseos de hacerte el amor una y otra vez,
sientes mi junco duro, erecto y húmedo por mí
excitación, susurras, jadeando y mordisqueas el lóbulo
de mi oído, con una voz tenue diciéndome, amor mío,
cariño, entra en mí hasta lo más profundo de mí ser,
para poderte sentirte dentro de mi ser y así sentir
que te estoy poseyendo, que eres mío por siempre y
para siempre.