Una joven quinceañera
de algún pueblito de las afueras de Santa Fe
cumplía diariamente sus tareas,
ayudaba a su madre,
tomaba clases de bordado y costura,
y cada tarde religiosamente
envuelta en blanca mantilla
asistía a escuchar misa...
Un atardecer de primavera
al cruzar la plaza,
observando el paso del tren
llamó su atención un pasajero
de elegante porte y vestir
quién acariciando el ala de su sombrero
con gentil gesto respondió
a unos ojos negros que cautivaron su viajar...
Ella tímida, avergonzada,
bajo su mirada
y sintio sus mejillas encender...
desde aquel día
esta jovencita espera ansiosa
el tren correr
para recibir el saludo caballeroso
del señor del sombrero gris...
El mundo alocado
hizo explotar bombas y armas,
y se llevo a los hombres
a luchar por la patria.
Esta mujer enamorada
no dejó de acudir
a ver cada atardecer el tren fluir...
triste, muy triste estaba
porque los meses pasaban
y el tercer vagon no llevaba
a su señor del sombrero gris...
Un día desauciada,
apoyada en el último álamo de la plaza,
con su mantilla resguardándola del sol
sus lágrimas caían
pués ya guerra no había
pero su viajero no volvió...
Su corazón dolido y enamorado
rompió en llanto y al suelo
la dejó caer...
en ese instante un pañuelo blanco
fué depositado en sus manos
y una voz susurrante dijo...
tranquila mi bella damita
hoy decidí bajar del tren
para reencontrarme con ud....
ESMERALDA
Comentarios3
Me encantaron tus versos, esa bella historia tan bien contada que engacha hasta ese final maravilloso- Todo un placer disfrutar de tan hermoso poema. Un beso
Gracias por tu lectura y por tu comentario.
Saludo y buen día
Que bello texto querida!
Saludos
Gracias Intensa, es el poder de la imaginación que nos regala estas inspiraciones.
Saluditos!!!
Excelente.
Saludos.
Gracias por su lectura y comentario, un gusto.
Saludos.
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