El silencio llega, cae,
entra sil llamar.
cubre mi aposento y mi lecho
-¿Lo esperaba?-me pregunto.
Quizás pero no tan pronto.
El silencio cae,
como sombra negra
sobre mi cuerpo quieto.
-¡Cómo pesa abrir mis párpados!
Las palabras y las risas han huido.
El muro del silencio es tan grande
que mata sin piedad su débil ruido.
¿¡Cómo es que no escucho
tan siquiera un paso inquieto?
Mi boca esta seca,
amarga como la hiel.
Quiero gritar fuerte,
que mi grito traspase
el humbral de la muerte.
-Cuan vano es mi intento.
Prisionero estoy
en cuatro paredes negras
La luz me niega....
no rómpe mis penumbras.
Oscuro es mi lecho
y oscura es la morada
en que mi mente vaga.
-¡Cómo pesa este cuerpo mio!
¿Dónde están todos los que estaban?
¿A dónde se fueron mis amogos,
mi familia y mis ratos?
¿Ellos se han marchado
o soy yo el que ha partido?
-Esta pregunta me inquieta.
Miro......
Miro hacia el pasado
pero solo veo sombras.
Miro lo que soy.....
-¡No, no es verdad!
Mi mente vaga por senderos falsos.
Yo soy luz, armonía, vida.
Entonces.....entonces
¿por qué el silencio?
¿Por qué las sombras?
¿Y esos fantasmas de adelante?
¿Y esos de atrás?
¿A dónde se han ido todos?
¿Por qué me encuentro solo?
¿Por qué este silencio negro?
Mi mente se pierde
vaga por el laberinto confuso
de mis cavilaciones.
-¡Cómo quisiera poder dormir sin pesadillas!
Hoy es otra vez
lo mismo que un día de otro lo es;
sin mebargo, los dias son diferentes,
pero mi otro ve, igual es....
¡siempre oscura y silenciosa!
Como añoro aquellos días en que iba al campo
y sentado en una banca limpia y blanca
dejaba al sol calentar mis huesos frios.
Cómo añoro los otoños,
mis paseos por el campo,
el aire acariciando mi rostro.
Como añoro los inviernos frios,
sentado en mi sillón viejo,
al calor del hogar,
viendo caer la nieve blanca
sobr la calle vacía y vieja.
Cómo añoro al perro,
al niño y al cotorro
en que me pasaba tantos momentos gratos
al lado de mis paisanos,
gustando un buen vaso de dulce vino.
Parece que fué ayer,
sin embargo lo veo tan lejano,
tan perdido y borroso
como la esperanza de encontrar la luz
que ilumine mi camino.
El silencio negro
ha cortado mis alas blancas
llenándolas de limo
Apenas iniciaba mi algre vuelo
cuando las afiladas garras
del ave rapaz
calleron sobre mi espalda.
No esperaba tan salvaje acción.
Fué tan pronta que perdí mi vuelo
y caí en un mar oscuro,
profundo como un pozo sin luz.
Y aquí estoy, solo y confundido
perdido en esta espesa niebla.
¿Qué ha pasado de los días bellos,
llenos de luz y de calor?
¿Qué ha pasado del colorido
del alegro campo?
Nada, las flores se han secado,
los pájaaros se han marchado
y de aquel verde prado,
solo quedan dunas y tierras secas
que crecen como gigantes hambriento
devorándolo todo.
La esperanza ha muerto
y mi alma se viste de luto.
Soy ya un muñeco roto
flotando en el mar bermejo.
Sus olas me mueven
de aquí para allá,
de allá para aca,
una y otra vez sin descanso.
¿Tendré paz algún día?
¿Podré dormir, al fin, sin estas pesadillas
que atormentan mi reposo?
-¡Ojalá pudiera yo saberlo!
- Autor: anna rodriguez ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2012 a las 22:43
- Comentario del autor sobre el poema: Es un estado emocional por el cual pasé cuando era adolescente y descubrí que el mundo no era todo lo maravilloso que había soñado de niño.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandro O. de Leon Soto, Alejandrina, DAVID FERNANDEZ FIS
Comentarios1
Muy triste , poema doloroso, descarnado ... te dejo un abrazo amiga .. Alejandrina.
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