¿Coincidencia pura o encadenamiento de sucesos
propios del determinismo astrofisico,
el mero hecho de conocernos?
En un tarde
mientras compartia entre aperitivos y charlas
con mis colegas de la escuela,
apareciste
y sorprendido, cortes y cuidadosamente
extendi mi saludo.
Desde alli para adelante,
las llamadas nocturnas y mensajes del mediodia
comenzaron a adquirir
un aire misterioso e intimidante de romance.
Sentimiento que se volvia reciproco
-segun tus palabras-
a la cual añadiria: intenso, inquietante e innegable.
Tres, las ocasiones
donde nuestros ojos tuvieron la dicha de encontrarse
y perderse
en el variopinto entorno de nuestras vidas.
Recuerdo y me vale de aprendizaje de facto
las non grata situaciones experimentadas
a tu persona originadas -confieso- de mi.
Rescato, valoro cada sms recibido por el movil
y lo vivo como si fuera ese instante.
Tan entrañable, muy preciados, sinceros
dejandome pasmado
por tu inspiradora forma de escribir.
Al final
fui ese joven
tranquilo, coqueto,
que llegò a tu corazon inexplicablemente,
a traves de la mirada y sonrisa de niño,
concluyendo guardar tu nombre
con ternura y nostalgia
en mi ser.
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