Del magno árbol en triste adios amanecida cae la macilenta hoja del frondoso contorno vencida, emoción mordaz, resistencia inútil, consecuencia existencial.....de la majestuosidad la desgarrada piel exhala el mudo grito diluido en el vahaje mientras desciende en viaje.....pretende eleteo de gaviota, armonioso, ligero, ascender más allá del cóndor y del reino del agua y del rayo que tantas veces aterró al ramaje.... ascender.....ascender a sideral alturadonde soñó a las hojas desprendidas.....pero sin ánima no hay vuelo .....concesión al árbol pero no a la hoja. Desnuda inocencia desciende oscilando cual ave herida pretendiendo asirse a ramas del aire, a la esperanza, a uranias mariposas que alocadas vuelan, mas se posa en tierra que piadosa aguarda, el gusano que una vez vislumbró desde altura verde caminando la pasa sin siquiera notarla.....pregunta al Señor de las PLantas por qué este final entre lavajos.... mas por respuesta llega la ráfaga que errante arrastra a pesar de asirse a la raíz brotada, a otra hoja, a la piedra, al agua..... pero son lánguidas las hojas secas, lánguidas lágrimas fatigadas y poco a poco se entumece, se quiebra, desmorona, se arcilla cincelándose en salvífico germen de otra sembrada: alimenta, motiva, salvaguarda, comprende la ley del retoño.....alturas nacen de hojas quebradas.
- Autor: Carlos Roman Ramirez ( Offline)
- Publicado: 18 de octubre de 2012 a las 06:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una genial y larga prosa literaria llena de fuerza y poder poetico amigo Carlos Roman Ramirez
Saludos y amistad
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